sábado, 25 de diciembre de 2010

AÑO CERO


María lo tuvo claro desde el primer momento. Tomó el bebedizo tres noches seguidas y a la cuarta empezó a sangrar. José, el carpintero, nunca supo nada.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

OTRO PASEO EN LA NAVE DE LOS LOCOS

Fernando Valls acaba de dejarme de nuevo un hueco en su nave http://nalocos.blogspot.com/2010/12/araceli-esteves.html
Es de agradecer ir en tan buena compañía en estos tiempos de procelosos mares. Y sí, la que sale en la foto de la web de Fernando, con cara de loca, soy yo. Es una foto que ayer mismo me sacó mi hija, Aina. La misma que me acompaña en la foto que precede a este texto.

martes, 7 de diciembre de 2010

EN TODAS PARTES CUECEN HABAS

El profesor se saca los lentes, los coloca sobre el libro abierto y se pellizca el entrecejo. Tantas horas de atenta, de escrupulosa lectura, le han ocasionado un dolor pulsátil en el seno izquierdo, que a veces mejora si presiona con el pulgar sobre el nacimiento de la ceja izquierda. Cada vez le resulta más difícil la traducción automática de los textos sánscritos, especialmente los del periodo védico. Suele perderse con facilidad entre sus doce formas de infinitivos. Pero quiere terminar el Rig Vedá antes del viernes. Se levanta y da cuatro pasos ceremoniosos sobre la alfombra para desentumecer las piernas. La rodilla izquierda, la de la cicatriz, le cruje como si necesitara lubricante.
Hoy no puede faltar a la presentación del libro de su colega de cátedra, que se celebrará en el Aula Magna a las ocho. Lo apretado del tiempo le preocupa, por nada del mundo se perdería su cita de las diez. Decide que si la cosa se alarga, fingirá una indisposición.
A las diez menos veinte todavía quedan corrillos de profesores, editores y alumnos, apoyados en los asientos del auditorio. El profesor empieza a sofocarse, teme no llegar a tiempo. Declina amablemente la invitación a la tertulia posterior en "El café volador" y se dispone a enfilar hacia la plaza. Piensa en lo preciso que es a veces el tiempo. Siete minutos es lo que tarda en llegar al portal, dos más en subir al piso, cinco en quitarse la chaqueta y los zapatos y uno más en acomodarse. A las diez en punto, y en esto siempre son exactos, empieza el espectáculo. Especialmente el de hoy no se lo quiere perder. Está seguro de que esta vez Marisa Tornillos será expulsada del plató de Gran Hermano.Y se lo merece, maldita zorra, claro que sí.

lunes, 29 de noviembre de 2010

LO HICE POR TI, MI AMOR

                                              Marc Chagall

Cambié por ella, para parecerme al hombre que siempre quiso ver en mí. Abandoné mis costumbres y me adapté a sus horarios, dejé de frecuentar amistades que a ella le molestaban. Ahora por las noches me busca melindrosa, se acerca a soplarme detrás de la oreja para que me disuelva, para mezclarme con ella y vaciarnos los dos en un nuevo organismo que nos acoja y nos contenga. Labios y brazos, piernas y sexos enroscados formando parte de una sola criatura de movimiento suave y jugoso. Busca inútilmente aquello que conseguíamos cuando yo era yo.

viernes, 19 de noviembre de 2010

UN JUEVES

                                               René Magritte
Con la mirada perdida en el plato y tenedor en ristre, mi hijo traza paralelas sobre la montaña de puré. No abre la boca más que para engullir. Por la tarde escamotea cada uno de mis besos y sé que está lejos, en algún lugar al que no llegamos los del otro lado. A la hora de la cena, el abismo que nos separaba ha avanzado imparable. Luis lanza sobre mí una mirada opaca y esquiva, que cae con el peso de una manta empapada de gasolina hormonal. Un olor acre invade todos los rincones de la casa. Trae consigo el temblor de un dolor inevitable, de una certeza. Ahora ya soy su enemigo.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

HASTA QUE LA MUERTE NOS UNA

 Rogelio de Egusquiza (1845-1915).

En el tanatorio nadie se percata del cambio. Mis suegros y cuñados, llevados por la aflicción, no reparan en unas facciones que la muerte despersonaliza y que yo he maquillado con precisión de cincel, en busca del mayor parecido con el original. Enterrada la copia, vuelvo a tener entre mis brazos el cuerpo frío de mi mujer. El aire helado de la noche acompaña mis pasos sobre la gravilla, mientras la arrastro a nuestro nuevo hogar. Las copas de los altos cipreses nos verán al fin pudrirnos juntos.

domingo, 31 de octubre de 2010

LAS VIDAS DE MARIO

En el instante previo a la muerte, Mario se enfrenta al goteo de todos sus descartes, a las oportunidades perdidas. Los que no quiso el azar que él fuera, brotan tras sus ojos cerrados, como esporas sopladas por vientos antiguos.

Un Mario que esta vez sí toma el tren al que llegó tarde, en el que viajaban una Julia a la que nunca besó y tres años de amor culpable. Un Mario que dice que NO a su padre todas las veces que él le habla de las seis generaciones de médicos que configuran su destino. Hijos que no nacen. Un Mario que es músico y otro que es mendigo, el viajante que estudia solfeo y el terrorista que juega al billar. Burbujas de vidas posibles estallan cada vez más débiles y lejanas. Más raras.
Se descosen inocentes decisiones infantiles que escupen posibilidades y determinan senderos.
Hasta que llega la noche en la que su madre no abraza a su padre. Una disputa conyugal tras la que no llega el perdón de la piel y el abandono al infalible lenguaje de los cuerpos.
Y todos los Marios se funden, se entregan a la succión palpitante, al final liberador del fundido a negro.

Este cuento se lo dedico a Nán. Espero que se acuerde del porqué.

jueves, 7 de octubre de 2010

SORPRENDENTE HALLAZGO


Nadie creyó a E. cuando lo contó a sus compañeros de clase. Tampoco le concedió crédito la maestra, que se limitó a esgrimir una sonrisa benevolente y a mover sus dedos sobre aquellos indisciplinados rizos cobrizos que E. nunca peinaba.

Hasta que un domingo nos convenció para que le acompañáramos al sótano de su casa. En un silencio sonoro y arracimados ante un baúl lleno de trastos de diversa índole, le vimos hundir la mano para sacar del fondo un estuche plano. Lo abrió con cuidado y retiró aquel objeto insólito del que tanto habíamos leído. E. dejó que lo tocáramos. Era suave y extremadamente ligero, mucho menos pesado que el aire rancio de aquel subterráneo.
Uno tras otro, pasmados y conscientes de lo portentoso y singular del acto, miramos al trasluz la transparencia tostada de aquella finísima, casi inmaterial, hoja de papel.

( la foto pertenece a la película "La noche del cazador")

viernes, 24 de septiembre de 2010

DEL QUE IGNORÓ UN CASTIGO DIVINO


Cansado de escuchar los infortunios del más enamoradizo de los dioses pequeños, Zeus, enfermo de poder y malicia, le condenó a contar todos los granos de arena de la playa de s´Amador. Transcurridos varios años humanos, al menor de los dioses le quedaba en la mano un discreto puñado por contar. Ese tarde, un cielo salpicado de melocotón maduro, se dispuso a espejarse en el plumaje de un pájaro, que peinaba, con aleteo inquieto, la espuma rizada del mar. El dios diminuto, el único que abominaba de su condición divina, apretó la arena dentro de su puño y levantó la vista extasiado, dispuesto a respirar cada átomo de aquel atardecer. Con las últimas pinceladas de luz atrapadas en sus ojos, lentamente abrió su puño.

martes, 14 de septiembre de 2010

SORPRESA FINAL

El servicio de cuidados paliativos incluía una estudiada pre-selección de recuerdos para condensar en el instante previo al deceso. No obstante, y debido a un error informático, exhaló su último aliento, recordando, entre imágenes de incisivos y pre-molares, los escarceos amorosos de un egregio dentista.

martes, 7 de septiembre de 2010

EL ACCIDENTE

El instante del impacto se alargó para que cupieran en él, el interior del bolso de mamá y su olor a pan recién hecho, los besos largos de Mario, los reflejos de aquellas pompas de jabón gigantes, y otra vez mamá y su bolso, y las almendras que comíamos en verano, cuando la piel era tierna y amarilla, y el cachete que me dio papá, el primero y el último, que aún dolía cincuenta años después, y el sabor amplificado de la horchata, que se concentró en mi paladar justo cuando mi frente hacía pedazos el cristal delantero de aquel autocar de ancianos que nunca llegaría a su destino.

domingo, 29 de agosto de 2010

FALTA DE COMUNICACION

                                            EL CUADRO ES DE ROBERTO LOPEZ

Mamá entra en mi habitación y me ve sentado en la sillita de mimbre.Todos los juguetes están ordenados en las estanterías. Me abraza en silencio y pone su cara más triste. Antes de que empiece a llorar, cojo el cochecito negro y me siento en el suelo para hacerlo rodar sobre la alfombra. No me atrevo a decirle que mí lo que más me gusta es aburrirme.

domingo, 22 de agosto de 2010

AL LLEGAR LA NOCHE

Nada podrá separarnos, pienso cada vez que nuestros cuerpos se enlazan y el amor se rubrica en un nudo que siempre suena a eterno. Llega la noche, la hora en la que los amantes juntan sus anhelos y nuestro amor queda en suspenso. Separados nuestros cuerpos, exánimes sobre el suelo, quietos sí, aguardan a que el día regrese con su promesa de reencuentro y el pie vuelva a calzarse y se anude el zapato sobre el que se abrocha nuestra pasión.

domingo, 8 de agosto de 2010

LA CASA DE LLORENÇ

Mi amigo LLorenç http://strongboli.blogspot.com/ me propuso que pensara en un relato para su cuadro.
Este es el modesto resultado de poner a trabajar a la única de mis neuronas que no está en huelga.

La casa nos llamó la atención desde el principio, aunque no fue una cuestión práctica la que nos animó a alquilarla. Era demasiado grande para nosotros y los antiguos inquilinos la habían abandonado con prisas, dejando restos de comida en la nevera, ropa sucia junto a la lavadora, las camas deshechas y numerosos objetos personales diseminados por los rincones.
Pero nos la quedamos, asumiendo que los primeros días los pasaríamos despojando las estancias de las exageradas improntas de sus antiguos moradores, borrando huellas de todo aquello que no nos atañía.
En el reparto de tareas a mí me toco ocuparme del baño, tan lleno de objetos ajenos que era imposible no imaginar que alguien saldría en cualquier momento de la ducha.
Empecé por inclinarme a recoger las prendas que habían dejado en la cesta de la ropa sucia, ignorante del extraordinario viaje que iniciaba con ese gesto. Un pantalón estrellado idéntico al que llevé en aquel Canet rock de 1976 me llamó desde el fondo de aquel cesto. Menuda casualidad, pensé antes de sacar una camiseta negra de los Doors idéntica a la que perdí aquel fin de semana en  Menorca. Tras ella salió el vestido con el que subí al tren que atravesaría Europa, y poco después desenterré los pantalones cortos que llevé durante tres veranos y en los que Rubén incursionaba, con más entrega que habilidad, a ras de ingle, con su índice intruso.
La fuerte impresión no me impidió seguir con los frascos, que destaparon un desfile de aromas antiguos y olvidados, el té de jazmín con el que nos calentábamos las manos en Londres, el olor a lápiz mordido. Y como colofón, sobre una banqueta, encontré el libro que siempre había querido escribir, todavía esperándome con todas sus páginas en blanco.
La velocidad de los hallazgos, la intensa reactivación de aquellas emociones pasadas de fecha, hacían imposible la digestión de todo aquel reguero de recuerdos.  
Aunque todo ello no impidió que me detuviera, unos segundos, para mirar de soslayo a aquella niña de trenzas asustadas, que me observaba desde el espejo, tan callada y tan atenta.

martes, 3 de agosto de 2010

EN LA HORA BI-SIESTA


Ignoro el nombre de lo que me aqueja.

No es el peso fúnebre de una pena,

ni los alegres tintineos de un alma juguetona.

Nada me araña desde dentro,

ni hay parlamento de las cotorras de la culpa.

No repican castañuelas

ni caen tormentas de orgasmos.

Es un ir y venir sin movimiento,

disuelta en el río indolente.

Cae el aire en su pereza de aliento denso.

Es un algo parecido a ser nada,

mirada lejana de párpados cerrados.

Anestesia blanda y eficaz,

es el susurro de la suela

de una zapatilla.

jueves, 15 de julio de 2010

DIOS VIVE EN MI CASA

Dios vive en mi casa desde hace ocho meses. Recuerdo muy bien, por lo lluvioso, aquel día de agua que llegó a casa. Su apariencia es de una niña de siete años y huele a lápices mojados. Pensé que era la hija de algún vecino, que se había colado por el balcón, siempre abierto, de la salita. Soy Dios, me lanzó nada más asomar mi cara por la puerta. Y antes de que me diera tiempo a abrir la boca, multiplicó por cinco el pan de molde y las varitas de merluza que acababa de comprar en el super.
Se le nota que es una niña bien, criada por unos padres ausentes.Y a juzgar por los milagros de los que soy testigo, es bastante torpe y antojadiza.Hace aparecer sin ton ni son, latas de aceitunas rellenas por toda la casa. Por no hablar de sus juicios someros, basados en lugares comunes y en la falta del más mínimo sentido crítico. Estos días presume a todas horas del milagro que nos ha hecho en el Mundial de Sudáfrica. Oye, le digo, que a mí no me has hecho nada. Además ¿qué pasa con los problemas económicos y sociales de ese pais? ¿te has parado a pensar en lo que van a hacer ahora con todos esos estadios de costes desorbitados y de imposible reconversión?
Otro día arreglaré eso, me espeta con el semblante aburrido. Y antes de que corra a anestesiarse con la Nintendo, ya ha dinamitado cualquier atisbo de duda que podría quedar en mí: Dios es una superficial.

lunes, 28 de junio de 2010

JUEGOS

En el parque de la plaza bulliciosa, hoy sólo bulle el silencio expectante del partido. Dos niños se reparten el escaso barro que consiguen amasar con el agua de la fuente. La llevan en los cuencos de sus manitas hasta el parterre cuadrado que comparten con un platanero. Van y vuelven de la fuente a la tierra porque el agua se cuela entre sus dedos antes de llegar a destino. Les anima el aspecto cada vez más moldeable de la tierra, más mucilaginoso. Todas las ventanas exhalan un uyyyygggg coral, pero los niños permanecen ajenos al debacle de una pelota que no consigue rodar hacia donde todos quieren.
El mayor de los niños, de unos siete años, se levanta con un tornado de ilusión concentrado en el brillo húmedo de sus ojos.
¿Jugamos a la leyenda del dragón? pregunta.
Vale, responde el pequeño, yo soy la leyenda y tú eres el dragón.

miércoles, 23 de junio de 2010

LAS APARIENCIAS ENGAÑAN.

Mire, Sr. agente, éste es un barrio tranquilo, de gente trabajadora y sencilla. Por otro lado, siempre fue un chico amable y educado. Muy callado, eso sí, pero jamás hubiera pensado que...
Aunque fui yo misma la que lo vi desde el salón, con el rabillo del ojo.
Y ahora sólo pienso en su madre, pobre mujer, menudo disgusto.
Verá, primero pensé que lo que había en el banco de la plaza era un perro dormido, pero no, créame agente cuando le digo que era él. No tengo ninguna duda.
Estaba tranquilamente sentado en la plaza, con las piernas extendidas y distraído mirando quién sabe qué. Serían las ocho y media. Como verá, estoy en condiciones de asegurarle, y dios me perdone, que no, no vio el partido.

Dedicado a todos los que el viernes estarán en un parque.

jueves, 17 de junio de 2010

AQUEL INSÓLITO VERANO


Los que salían del ambulatorio con la vacuna recién inoculada, masajeando la zona dolorida del pinchazo, ignoraban que tres días después destilarían un líquido azul tinta china. No sabían tampoco, que las membranas interdigitales y el engrosamiento de las escápulas, obedecerían a una gradual mutación adaptativa.
Las autoridades sanitarias, no obstante, no reportaron un sólo caso de gripe estacional durante todo aquel largo y gélido verano.

lunes, 7 de junio de 2010

VELAS AL VIENTO

Ser parte de La nave de los locos y ahora compartir palabras en papel con algunos amigos de blog a los que leo, admiro y comento, me parece un regalo. Estar en el mismo libro que Francisco Ayala y Mario Benedetti, Andrés Neuman, Carlos Castán o Julia Otxoa entre otros, le añade lazada al paquete. El libro aún no lo tengo, la emoción sí.







martes, 1 de junio de 2010

DESPUÉS DE LA LLUVIA

Cuando salía el sol después de varios días de lluvia, la abuela despertaba feliz como una niña. Se calzaba sus botas negras de goma y salía a recorrer las calles sembradas de espejos líquidos. Parada delante de cada charco, juntaba los pies en el borde hasta casi tocar el agua. Tras un pequeño impulso saltaba dentro con los dos pies juntos. A pesar de tratarse de saltos de corto recorrido, sorprendía su agilidad de gacela anciana.Le daba igual mojarse la ropa, que el barro pintara en su falda surcos achocolatados, que los niños se rieran de sus piruetas de vieja loca. Ella seguía su lenta, imparable carrera de obstáculos por los callejones del barrio.
Y ahora que ha desaparecido y todos andan como locos buscándola desde hace días, yo soy la única que estoy tranquila. Sé que lo logró, que en el último salto consiguió por fin pasar al otro lado.

martes, 18 de mayo de 2010

DELICADA OPERACIÓN

D

El doctor entra en la habitación, saca una foto del bolsillo superior de su bata y me la acerca. Me fijo en la imagen de una mujer hermosa de cara redonda. Una espesa cabellera negra se desborda en rizos indisciplinados sobre su frente. Aparenta lo que parecen unos muy bien disimulados cuarenta años.
¿Quién es? pregunto.
Ahora no se preocupe por nada y descanse, dice el doctor antes de retirar la foto de mis manos. Lo importante es que la operación ha sido todo un éxito. La cicatriz apenas se notará cuando vuelva a crecerle el cabello. Además sólo lleva cinco puntos de sutura. Puedo asegurarle que hemos conseguido un 89% de precisión en el borrado selectivo. Es altamente improbable que el recuerdo nocivo vuelva a aparecer.

martes, 11 de mayo de 2010

DESPROPÓSITOS


(Dedicado a Gemma Pellicer, que ayer me dio la idea )

Cada vez que mando a mi reflejo a hacer la compra, llega cargado de chucherías, carísimas frutas exóticas con nombres de enfermedades de pájaro, o complicadas estanterías de IKEA.
En el trabajo no hace mejor papel: se entretiene reflejándose en cada escaparate que encuentra, se zambulle en todas las fuentes, y los paquetes, claro, nunca llegan a la hora a su destino. Por no hablar de las reuniones familiares a las que se ha presentado en mi nombre y que han sido un auténtico disparate: encerrado en el baño,ni mi suplicante madre consigue que salga del espejo.
Esto no puede seguir así. Ha colmado mi paciencia. Como ya no puedo confiar en él, he decidido que la que vaya al dentista mañana, sea mi sombra.

domingo, 2 de mayo de 2010

EL ESCRITOR

- A mí me da igual, yo lo que quiero es publicar.
- En ese caso sírvase a firmar en el recuadro.
El escritor en ciernes abandona las dependencias con una copia del documento debajo del brazo. Atrás quedan los envíos masivos del manuscrito de su libro, por correo ordinario y electrónico, el silencio ensordecedor de las respuestas y su deambular errático por bares frecuentados por supuestos literatos con contactos.
Su libro sería publicado en breve. Y sí, ya podría decir bien alto y claro que él era un escritor.
Además el acuerdo no era tan malo, incluso había podido elegir el diseño de la portada: una foto en blanco y negro de un callejón con gato.
Los compañeros de la oficina podían empezar a tragarse sus burlas. Ahora tendrían que dejar de llamarle "El Libritos" con esa sonrisa socarrona tan cargada de maldad. Porque él, y que se enteren todos, es un escritor. Ya sin alma, pero escritor.

sábado, 24 de abril de 2010

EL VOLCÁN


La nube blanca y espesa en forma de coliflor gigante, oscureció antes de sobrevolar océanos y cruzar fronteras de aire. El humo algodonoso invadió cielos cristalinos y polucionados, penetró en templos de todos los cultos, accedió a centros comerciales, emborronó playas y autopistas. Espesó el aire hasta hacer imposible el uso de cualquier medio de transporte.
A los pocos días las gafas protectoras y las mascarillas eran imprescindibles incluso dentro de la cama.  
El volcán, lejos de detener su vómito de humo, contagió a los cráteres vecinos, hasta ahora resecos y dormidos. Parecía como si alguien hubiera descorchado descomunales botellas de champán, después de agitarlas en el núcleo de la Tierra.
La actividad en el mundo desarrollado pasó de un ritmo frenético y estridente al único posible, torpe y silencioso. Y la lentitud se volvió necesidad.
Las partículas del volcán inutilizaron todo artilugio tecnológico. Y sí, algunos nos acostumbramos a respirar metales, a que el feldespato se convirtiera en involuntario aderezo de todos los platos, en invitado de piedra de todas las reuniones. Y el frío y la oscuridad impusieron su dictadura gélida.
En pocos meses el panorama se tornó espeluznante. A duras penas se conseguía comida en las tiendas improvisadas que se organizaron en algunos barrios, a los que entre tinieblas llegaban contados víveres a lomos de burros o de caballos. La gruesa capa de ceniza había tendido un manto, como de nieve gris y blanda trufado de vidrio volcánico.
En cuanto a mí, el azar confabulado con la crueldad me ha convertido en una superviviente. Inexplicablemente adaptada a los cambios y mutaciones, aún respiro.
Sorda y ciega, deambulo anestesiada. Busco un lugar en el que abandonarme a esperar el beso de la muerte liberadora. En el vacío de esta lúgubre noche eterna.


viernes, 9 de abril de 2010

BANQUETE INESPERADO


Empezó devorándose la mano. Fue un acto exento de toda premeditación. Sucedió una tarde que se encontraba absorto en pensamientos intrusos mientras se mordía las uñas. El mordisco avanzó imparable sin que él hiciera nada por detenerlo, y al poco tiempo se encontró sacándose huesecillos de la boca. Con la mano que le quedaba los fue colocando sobre la mesa y en pocos minutos quedó montado un mosaico óseo con aspecto de calendario azteca.
Después siguió comiendo el antebrazo hasta el codo. Llegar hasta el hombro fue fácil. Pero parar en ese momento hubiera sido un acto absurdo y antiestético, falto de sentido y de gracia.
Por eso siguió comiéndose, disfrutando de las obligadas contorsiones y de los pellizcos dados aquí y allá.
Y al tiempo que roía huesos y tendones, se sentía más y más ligero. Eso le confortaba, daba sentido al acto devorador.
Sin nada más que comerse quedó su boca tendida en el suelo, solitaria y saciada. Inútil al fin, como una vagina dentada.

sábado, 27 de marzo de 2010

MAÑANA SERÉ TÚ


En pocas horas seré tú.
Y en la antesala
de los cuarenta y todos
ya soplan los aires
de achaques venideros.

Mañana seremos tú y yo
un medio siglo redondo.
Y ya no cabrá entre nosotras
un gramo de disimulo.

¿En qué espalda quedaron pegados,
aquellos globitos prietos
que un día fueron tus pechos?
¿con qué abrazo huyeron
aquellas piernas fibrosas?

¿Se atreverá algún escalador intrépido
 a coronar las crestas nevadas de tu pubis?

¿Te dolerán partes del cuerpo
que aún no sabes que tienes?

Mañana seré tú.
Todos querrán brindar.
Y en las fotos que te harán
te verás más vieja
de lo que salen tus padres viejos
en las fotos ya amarillas.



lunes, 15 de marzo de 2010

MARÍA


María era una mujer resistente, acostumbrada a cargar desde siempre con males propios y ajenos. Pero últimamente sufría de unos molestos y persistentes dolores. Los tenía por todo el cuerpo, le pinchaban como aguijones, y era fácil verla moviendo las manos por las piernas como si sacudiera astillas imaginarias.
Fue de consulta en consulta, visitó a médicos homeópatas y alópatas, kinesiólogos y acupuntores. Nadie supo encontrar el origen de tan extraña dolencia.
Hasta que la visitó un médico viejo, que ya había pasado de largo la edad de jubilación. Le tomó el pulso y la auscultó con mucho cuidado, deteniéndose varios minutos en algunos puntos de su cuerpo. Después de frotar sus manos para calentarlas, y mientras la pobre María estrangulaba muecas de dolor, fue presionando sobre su vientre y su costado.
El diagnóstico la dejó perpleja. Lo único que tenía eran lágrimas cristalizadas que habían quedado clavadas por todo el cuerpo. Y eran muchísimas. Todas aquellas que nunca se había permitido llorar.

lunes, 8 de marzo de 2010

EL PASO CONTRARIO


Había perdido toda esperanza de promover mi obra. Abatido y sin trabajo, me hallaba sumido en una espiral alcohólica de efectos devastadores. 
Mi problema, resolví una tarde de lucidez dudosa, eran los descartes. Cada vez que el camino se bifurcaba, que tenía que tomar partido por una alternativa, elegía la peor, la más ruinosa. Mi vida había sido, en suma,  una cadena de decisiones erróneas.
Decidí que me había llegado el tiempo de forzar el paso contrario. 
A partir de ese día, ante cualquier decisión, por intrascendente que pareciera, cerraba los ojos y como si de una suerte de conjuro se tratara, me obligaba a desechar todo aquello que mi naturaleza me inclinaba a elegir.
Y lo hacía de forma sistemática, burlándome de mis intuiciones y descansando de vez en cuando en aquellos momentos que no permitían el mínimo margen de decisión personal.
No tardé en llenar mi casa de figuras de toreros y de lánguidas damiselas de porcelana. Cambié mi atuendo, empecé a usar colonia, dejé de beber.
Conseguí tragar sin anestesia programas de televísceras, leí todo best-seller de autores de los que abomino. Tan en serio me lo tomé que conseguí ser otro.
Y sí, encontré trabajo y al poco me casé. Ahora tengo hijos, hipoteca y dos coches. Mi vida transcurre por un páramo seguro y sin baches, a salvo de aquellos abismos insondables.
La noche de la sacudida desperté a las tres de la madrugada. Si la tierra había temblado, ni mi mujer ni mis hijos parecían haberlo notado. Me levanté a beber agua y a refrescarme el rostro.
Al volver al dormitorio, la visión del contorno de un cuerpo masculino abrazado a mi esposa me dejó paralizado. Tras el susto inicial, y ante el aspecto inofensivo del durmiente, me acerqué a mirarle. Había algo demasiado familiar en esa cara con barba de tres días y en su olor a whisky mal dormido. Era mucho más delgado de lo que yo recordaba haber sido nunca, pero la cicatriz del mentón no dejaba rincón para la duda.
Si se trataba de una fisura espacio-temporal o de un desdoblamiento cuántico lo desconozco, pero ahí estaba yo frente a aquel otro tipo que yo había sido.
Y si al principio mi mujer se mostró muy indignada ante mi propuesta de que se quedara a vivir con nosotros, tampoco se atrevía a echarlo de casa por su asombroso parecido con nuestro hijo Oscar.  Lo cierto es que pasados los primeros días de adaptación, los tres nos llevamos bastante bien.
Ahora a ella se la ve mucho más feliz. Y por esa mirada pícara y relajada con la que amanece algunas mañanas, sé, aunque ella nunca me lo diga, que él es mucho mejor amante que yo.

lunes, 22 de febrero de 2010

PROCELOSO DIVORCIO


Sólo quedaba reordenar las piernas y brazos de nuestros hijos para colocarlos en su sitio, rascar la piel humana de las paredes y barrer los demonios, que hermanados con las moléculas de polvo, se arremolinaban volátiles debajo de la cama. Escanciada la sangre aún caliente en dos copas de plata vieja, brindamos por lo que ya nunca más sería.
Ahora todo tiene una temperatura confusa. El resto de lo que en un tiempo fuimos, los tentáculos de aquella costumbre, que arraigó como árbol tenaz en el muro de un cementerio, señala insistente y sin que nadie se lo pida, el contorno de tu ausencia.

jueves, 11 de febrero de 2010

NOCHE DE PASION

En la oscuridad del dormitorio, mi amado recorre con sus labios de pulpa jugosa los lugares donde sabe que escondo mis puertas. Enciende y apaga con minuciosidad de orfebre pequeños incendios palpitantes en el vientre y en el pubis. Sus dedos resbalan curiosos, erizando aquí y allá, despertando centímetros de piel dormida. Entreabre la boca y los labios caminan por mis muslos. El vello se altera, recibe su aliento cálido como la caricia suave de un viento antiguo. Derrapa hacia las ingles y ahora se entretiene en sorberme despacio, a intervalos irregulares y llevado por una sed glotona y caprichosa. Todo es redondo y perfecto. Me revuelvo en mi misma, entregada a su voracidad esponjosa. Hasta que irrumpe un calor inesperado y húmedo en el lóbulo de una de mis orejas. Y se desvela aterradora, la presencia tierna y vigorosa del mordisco de otra boca.

lunes, 8 de febrero de 2010

DESEO


SER PIEDRA EN EL DESIERTO.
NO SENTIR
MÁS QUE LEVE PASO
DE LA LLUVIA ESCASA,
QUE SIN INTENCIÓN ALGUNA
DEVIENE SURCO.

martes, 2 de febrero de 2010

DESEQUILIBRIO

Dormita la gata Clara,
ajena a desazones
de bípedos sin memoria.


Brotan verdades dolientes
en el muro del sincericidio.

Años de navegación
por mares procelosos
no auguran cortes quirúrgicos.

Las manos tiemblan,
y peligra la sutura.


¿Cómo se hará
para coser sentimientos
con finos hilos de plata?


Lo mío son los borrones,
tareas manchadas por la prisa.


Así queda tejida
nuestra manta de retales,
con botones mal cosidos,
y pespuntes irregulares.


Telas burdas, 
cosidas a dentelladas
junto a fina seda salvaje,
capricho de señoritos.


Mezcla de licores tan distintos,
cóctel de ambrosía
o incendiario molotov.

viernes, 29 de enero de 2010

DIARIO DE SUEÑOS ( BASADO EN HECHOS REALES)


 
El cuadro es de Eduardo Naranjo.

Éste es un sueño agradable: me recibe un abrazo cálido, envolvente.
No siento la necesidad de hacerme preguntas, sólo el deseo febril de soltarme en ese calor del líquido espeso y blanco que me envuelve. Parece nieve suave y caliente, pienso al tiempo que me descubro cierta excitación mullida.
Estoy rodeada de iguales, protegida por su cercanía cálida.
Todo está en su sitio, todo parece resbalar hacia una forma única de justicia universal. Por fin.
Participo de ello, me entrego a ese goce. De forma rotunda y sin fisura alguna. Solo soy uno más. Uno más en la bandeja.
Soy un canelón de una bandeja de dieciocho, bañado en bechamel y gratinándome en el horno.Y soy feliz hasta llorar crujientes lágrimas de queso.

(Que sí, que es un sueño real.  Lo soñé hace unos años. Nunca conseguí interpretarlo)

domingo, 24 de enero de 2010

LO CIERTO ES QUE


Soy un accidente,
el fruto de una colisión
de células encriptadas.

Ni claves ni contraseñas.

Soy un reloj que avanza
hacia la hora cero.
Soy un bulto que suda.

Soy picores y jugos,
cosas duras y blandas.
Soy el reverso de otra,
que no tiene cicatrices.

Soy dos pies
con demasiadas uñas.
Soy el cero y el uno.

Soy tiempo de espera,
sangre derramada
de forma periódica.

Soy un envase lleno,
fértil para cabellos.

Soy movimiento y ruido,
orificios que engullen
y agujeros que segregan.

Lo otro que soy es desorden.

viernes, 15 de enero de 2010

PERRA VIDA



Incluso de niño ya llamaba la atención mi carácter huraño y con marcada tendencia a ensoñaciones. Pasaba las tardes solo, jugando con las huellas que encontraba en la arena y con los cangrejos que arañaban las rocas cuando la marea bajaba. No solía tratar a otros niños. Me resultaban tan incomprensibles como los adultos.
En el terreno amoroso nunca he cosechado éxitos. Ellas siempre me han ignorado, se han apartado de mí como si yo fuera una colilla mal apagada.
Mi naturaleza inestable me impulsa a continuos cambios de ánimo y rumbo. Empiezo las cosas con un ímpetu colosal, pero desfallezco cuando llegan los primeros contratiempos. La mía ha sido, en fin, una vida sembrada de desatinos, de caminos equivocados. El mundo siempre me ha parecido un lugar hostil y lleno de trampas. Los restos de aquellos sueños en los que algún día creí, golpean mi ventana por las noches como ramas azotadas por una tormenta. Me siento cansado, aburrido de este simulacro de vida que me empuja al abismo.Y mientras, el tiempo avanza implacable: mañana ya cumplo los dieciocho.

miércoles, 6 de enero de 2010

MALOS HÁBITOS



Su muerte, lejos de brindarnos alguna clase de sosiego, acrecentó el pavor que en vida nos había inoculado despacio, casi gota a gota, como un veneno paralizante. Nunca nos negamos a sus excentricidades, a su insana curiosidad, que nuestra inocencia cobarde colocó en el anaquel reservado a los acontecimientos que obedecen a un designio superior. Contradecirle no era ni siquiera una opción.
Tras su fallecimiento, empezamos a manifestar desconocidos achaques, mareos inexplicables y malestares que nos invitaban a arracimarnos en los rincones para compartir nuestros malestares en voz baja. Una tras otra, las novicias dejamos de menstruar.
El nuevo prelado llegó de la diócesis con órdenes claras.
Ahora los llantos de los cadáveres de los neonatos resuenan todas las noches bajo las bóvedas del sótano del convento.

domingo, 3 de enero de 2010

FOMENTAR LA LECTURA



Hoy me ha llegado esta foto.Creo que como metáfora no tiene desperdicio. Un ojo me ríe y el otro me llora.