sábado, 28 de febrero de 2009

EN MANOS DE LA JUSTICIA

No sé de qué me sorprendo, nadie me escucha, nunca lo han hecho. No entiendo las leyes, tampoco a los jueces, ni los códigos que usan para impartir su justicia. De nada sirvieron los informes psiquiátricos, las alegaciones y recursos que presentó mi abogado. Todo fue desestimado. El engranaje del sistema funciona solo, la pesada maquinaria se pone en marcha y usurpa nuestro destino, se apodera de él con avidez de ogro hambriento. Yo sólo soy un eslabón más, un pelele.
Sin otra instancia a la que apelar, el 13 de abril se abrieron para mí las puertas del penal. Asustado y confuso, cargando los recuerdos de casi toda una vida en una pequeña bolsa de deporte, crucé el umbral. Acababan los treinta años de presidio y afuera me esperaba eso que algunos necios llaman la libertad.

sábado, 21 de febrero de 2009

LORITO BONITO


“Ay, qué risa, ay qué risa” gritaba el loro Jacobo a todas horas. Fue imposible averiguar quién le enseñó la frase, porque en casa siempre hemos sido de ánimo más bien bajo, nada proclives a dejarnos desbordar por la alegría.
Despotricábamos a menudo del idiota que nos lo regaló, pero pese al incordio de la compañía gritona y monotemática del lorito, jamás pensamos en desprendernos de él. Cada noche, atravesando la gruesa tela negra que cubría su jaula, su “ay, qué risa, ay qué risa” recorría la casa de esquina a esquina, se colaba en nuestras habitaciones como una burla, y convertía nuestros sueños en pesadillas carnavalescas.
No conseguimos que dijera “lorito bonito" ni una vez, sólo que basculara su cabeza y que fuera soltando a cada rato aquella bobada:”Ay qué risa, ay qué risa…”.
Al morir, nos demostró que incluso la tortura genera dependencia, pues quedamos sumidos en una aflicción de lo más inesperada. La abuela logró conmovernos con su llantina y accedimos a incinerarlo para poder después enterrar sus cenizas en el jardín.
Regresando del crematorio, más preocupado por la estabilidad de la urna que por la carretera, papá dio un volantazo que nos empotró en un camión de gran tonelaje. Fue un impacto brutal del que salimos despedidos, las cenizas de Jacobo cayendo como aliño de sal fina sobre nuestros cuerpos inertes. El del lorito, resultó al fin, un sentido del humor premonitorio y de lo más macabro.

miércoles, 18 de febrero de 2009

ASESINATO POR DIVERSIÓN

Se discute de lo superficial para olvidarse de lo fundamental, de algo que nos repugna a algunos. Los ciervos son animales tranquilos, más bien tímidos, que no hacen daño a nadie. Lo que ofende, lo que irrita y entristece, es ver la foto de los cadáveres desplomados, arrastrados para la foto por el cazador, orgulloso de engrosar esa fila de muertos por diversión.
(Si me callo reviento, de verdad)

Aprovecho para animarme a contaros a los que tal vez no lo sepais, que Fernando Valls tiene un blog literario muy recomendable en el que ha tenido la amabilidad de publicar dos relatos míos.

lunes, 16 de febrero de 2009

COMPAÑERISMO


X-¿Cuántos llevas?
Y- Veintinueve.
X- Yo dieciocho.

Abdul decide bajar para hablar con su mujer Fadija. Ella está a punto de dar a luz , y él, nervioso, incapaz de tragar una saliva casi inexistente, muerde sus labios insensibles y secos como fieltro. Empuja la puerta del locutorio al tiempo que la mano de Y se posa sobre su hombro, como una garra.

Y- Quédatelo tú, que te falta más para llegar al cupo.
X- Gracias amigo, necesito las vacaciones
que nos han prometido.

Basado en hechos reales.


viernes, 13 de febrero de 2009

LA EXTRAÑA EPIDEMIA

- Es una patología frecuente pero de pronóstico incierto, dijo el doctor. En algunas ocasiones, el síndrome remite de forma espontánea. En otros casos lleva a una invalidez permanente.
El doctor Jiménez Del Llano está considerado una eminencia en el campo de la psiquiatría moderna y no pierde ocasión para mostrar los conocimientos adquiridos junto a López Ibor, en su labor al frente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas desde 1954.
- Es lo que en psiquiatría llamamos síndrome de debilidad paranoide.
Se nota que ha repetido el mismo discurso idéntico, incluso más veces de las que está dispuesto a admitir.
- No le lleven la contraria, eso sólo agravaría la situación.
- ¿Puede seguir trabajando?
- Por supuesto, si lo ha hecho hasta ahora, nada impide que siga haciéndolo. Al menos de momento. Ahora sólo podemos esperar.
- Pero todos sus delirios, sus amigos imaginarios…¿qué ocurrirá?
- Seguirá hablándole de ellos, insistirá en que se comunican todos a través de una suerte de máquina de escribir con miles de tentáculos invisibles que conectan todo el planeta.
La mujer intenta recuperar un llanto que ya ha brotado. Abraza la nariz entre sus dedos y barniza de lágrimas sus mejillas.
- Pero doctor, es horrible.
- Bueno, sólo se trata de una extraña epidemia.


Dedicado a todos mis amigos imaginarios del blog, que me animan a seguir delirando.

jueves, 12 de febrero de 2009

CORTÁZAR, ese cronopio

Hoy se cumplen 25 años de la muerte de Cortázar.
Entre tanta brutalidad y egoismo, entre tanto absurdo,
oir hablar a personas como él, abre una rendija, un ténue
rayo de esperanza en el ser humano.




martes, 10 de febrero de 2009

EL DESENCUENTRO

Aquella mañana de otoño de 1973, Lorenzo despertó con un leve dolor de muelas palpitando en su mandíbula inferior. Pensó en bajar a la farmacia a comprar unos comprimidos para afrontar lo que parecía el principio de una infección. Ahora bajaré, se dijo entregándose al abrazo de la modorra y a su pequeña promesa de alivio. Aspiró el olor entre agrio y dulzón de su cuerpo caliente y acomodó su erección sobre el vientre. El sueño dejó en suspenso la urgencia por los calmantes.
Laura se decidió por unos zapatos marrones abotonados sobre el tobillo y una falda de ante para acudir a la cita de trabajo. Era la tercera vez que se presentaba esta semana para cubrir una vacante de secretaria. Las otras dos veces había recibido un trato brusco en forma de respuesta idéntica: no tiene usted el perfil. Rebuscó en el baño una píldora de codeína que aliviara los fuertes pinchazos menstruales que amenazaban con arruinarle el día. Encontró el frasco, pero vacío.
La farmacia quedaba de camino a la parada del tranvía.
Pero los hilos no se tejieron, la historia no fraguó.
Lorenzo dormía en el momento en el que Laura abrió la puerta de la farmacia. Cuando tropezó en el segundo escalón y cayó al suelo, él no estaba ahí para ver su gesto de dolor, sus lágrimas, su cejas gruesas enmarcando una mirada azul. No esperó sentado junto a ella la llegada de la ambulancia y Laura no se olvidó un poco de su dolor para sonreírle.
Lorenzo sólo escuchó la sirena lejana, que se acercaba insistente para colarse en su sueño, para confundirlo hasta despertarle. Después la oyó alejarse, se llevaba a Laura y a su fémur roto y también los besos torpes y apresurados que se hubieran dado en el parque dos semanas más tarde, un amor intenso y breve, el desamor, las lágrimas de despedida.
Oyó la sirena alejándose como quien oye un recuerdo, al tiempo que se vestía para bajar a la farmacia.

domingo, 8 de febrero de 2009

KARL MARX, el adivino


"Los propietarios del capital estimularán a la clase trabajadora para que compré más y más bienes, casas, tecnología cara, empujándoles a contraer deudas más y más caras hasta que la deuda se haga insoportable. La deuda impagada llevará a la bancarroca de los bancos, los cuales tendrán que ser nacionalizados"
Cita real de "El Capital" de 1867

domingo, 1 de febrero de 2009

SUEÑOS CRUZADOS

El maestro zapatero soñó que era una libélula, que soñaba que era un maestro zapatero. La libélula despertó untada en betún y el zapatero desayunó polilla.