viernes, 30 de enero de 2009

MAL DE AMORES

Cansado de sufrir las inclemencias de tantos amores no correspondidos, Cayetano consultó a videntes, astrólogos y alcahuetas. Recibió consejos para elevar el espíritu y contrarrestar un corazón demasiado permeable a las emociones, probó cuantas pócimas le aconsejaron y hasta realizó el ritual de los nueve clavos. Nada funcionó. Agotado por la sobredosis de tragedia amorosa, se puso en manos de un médico suizo que le aseguró que conocía un remedio infalible. Murió en la mesa de operaciones. El cirujano tuvo que reconocer ante la evidencia, que extirparle el corazón tampoco había sido la mejor opción.

lunes, 19 de enero de 2009

MOTÍN


Desciende el sol en acuarela.
Se acerca a un horizonte
trazado con delicado buril.
Un último destello verde,
antes de que la noche vomite
su negrura sobre el barco,
alienta a la tripulación.

miércoles, 14 de enero de 2009

MALOS NEGOCIOS

Te devuelvo los besos que me diste,
no han superado el periodo de prueba.
Tu amor salió con tara,
defecto de fábrica.
La inversión en hijos no da dividendos,
ni estudian, ni trabajan.
La vista a los campos de almendros,
era un fondo garantizado, decían.
Pero no sobrevivió al campo de golf.
La salud que compré a crédito, otro timo.
Subieron el colesterol y los triglicéridos.
Y mi dentadura es agente doble.
Trabaja para el enemigo,
mi dentista.

miércoles, 7 de enero de 2009

BROMAS DEL DESTINO

El sol salía para mí cada día sólo porque ella estaba ahí. Pero le gustaba juntarse con los chicos malos. Lo supe el día en el que la vi riéndole las gracias al “Aplastamanos”, el terror de la clase. Por eso cambié de amigos. Cambiar tampoco es la palabra ya que yo antes, amigos no tenía. Pero le encontré gusto a reventar buzones, pinchar ruedas y quemar cajeros. Después vinieron los atracos a bancos y a joyerías. Ahora cumplo condena en el penal de Valdemoro.
Al final, ella acabó con el tontito de la clase, "El Sorbemocos,”un niñato enclenque y desabrido que después del instituto sacó las oposiciones para funcionario de prisiones.Y, lo que son las cosas, ahora es él quien que me cierra el “chabolo” cada noche.

* chabolo: celda, en argot penitenciario

domingo, 4 de enero de 2009

CATORCE DE OCTUBRE

Querido Manuel: Te preguntarás el motivo de mi carta ahora que tú y yo somos sólo humo y que por no quedar, no nos queda ni la pena. Ya sabes que sufro de forma crónica de reflujos del pasado y que muy a menudo me sopla el viento caprichoso del lado de la memoria. De ahí me llegaste ayer, ya sin dolor ni reproches y sin atravesar mares de cristales rotos, más como una película en blanco y negro cuyo final no consigo recordar.
Antes de que tu imagen se evapore y vuelvan los pensamientos que ahora me ocupan, quisiera contarte cómo he pasado estos meses, de ola de calor licuado y de mosquitos grandes como halcones. Tan terrible fue la plaga este año, que Marta y yo pasábamos las tardes enteras agitando pañuelos para ahuyentarlos. Parecíamos dos locas en una estación de tren, entregadas a una adiós desmedido.
En julio tuve que ir al dermatólogo, a tratarme un sarpullido que brotó en el lugar en el que te escondía aquel tiempo en el que fuimos poesía. Septiembre llegó balsámico, las nubes no dejaron de lamer las copas de los pinos y la luz ambarina que tantas veces nos acompañó de camino al faro no me habló de tu ausencia ni una sola vez.
Aquel anillo que me regalaste en Berlín, la noche que nos amamos hasta enfermar, lo tiré al w.c., l
uego me arrepentí y lo saqué. Un día necesité una arandela para fijar la manguera al grifo del jardín y la medida acabó resultando perfecta. Espero que no te importe.
Conservo la caja con tus escritos, que sigue donde la dejaste, enfundada en una capa de polvo bajo la cama. No me molesta, ahí se quedará hasta que la recojas, si es que te apetece. Y ya puedo mirar sin vomitar lágrimas, aquella foto que nos hicieron en Budapest, aquel día que el frío nos hizo reir tanto.

No hay mucho más que contar, la vida sigue sin prometer demasiado y yo sin esperar mucho más. La gata ha tenido cachorros dos veces desde que te fuiste y el jazmín que habíamos dado por muerto, volvió a florecer.
Ah, y anoche me acaricié en tu nombre. Pero no, no me corrí.

sábado, 3 de enero de 2009

Pesadilla de Navidad

Fui a la despensa y encontré el cuerpecito de un bebé palestino cubierto de polvo, aGAZApado entre los turrones. Parecía recién sacado de entre los escombros y ya no se movía. Le limpié la sangre y el polvo y lo puse de niño Jesús en el pesebre.
En la Nintendo DS que pidió Mateo, llegó de regalo un juego que consiste en lanzar bombas sobre escuelas y mercados. Bombardear hospitales puntúa el doble porque los enfermos tardan menos en morir. Mi niño jugó toda la noche con tanta dedicación que superó su propio record varias veces.
A María le trajeron una niña-esclava. El libro de instrucciones dice que trabajará de sol a sol fabricando zapatillas para toda la familia.
Al comer las uvas de la suerte, las pepitas cayeron en el plato convertidas en banqueros. Antes de darnos cuenta, ya tenían preparada una bandeja de canelones rellenos de valores tóxicos, para la comida de año nuevo.

En la bolsa de cotillón de fin de año, salieron terrenos recalificados, sobornos a altos cargos corruptos, serpentinas neoliberales, matasuegras antiabortistas y confeti ultramonárquico.
Manuel, mi amado, se levantó para hacer un brindis, dijo que me quería tanto tanto, que estaba pensando en hacerme un préstamo al 5% TAE. Consiguió emocionarme y al final, todos acabamos llorando.
A la una llegaron puntuales los antidisturbios y nos disolvieron a todos.