miércoles, 24 de diciembre de 2008

EXTRAÑA TRAVESÍA


Se lo toma con calma. Es terca y nada la detiene. Carga un voluminoso fardo de comida y regresa a su hogar con pasitos cortos y rápidos. Pero el camino le parece mucho más largo ahora que a la ida. No recuerda haber subido la suave colina que culmina en un sorprendente pico escarpado, ni el pequeño foso abierto en la extensa llanura. Le asombran el bosque claro y las laderas húmedas a las que nunca se acercan los rayos del sol. Orilla con tiento y paciencia el profundo precipicio que se abre entre dos montañas. ¡Qué extraña travesía! piensa la hormiga. No sabe que regresando a su hormiguero, justo a medio camino y por sorpresa, se le ha atravesado el cuerpo de una mujer desnuda.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

NÁUFRAGO CON SUERTE

A pesar de que nunca le he visto, supe de su existencia dos semanas después del naufragio, al descubrir unas huellas recientes. A partir de ese momento empecé a poder dormir.Y aunque no me atrevo a salir a buscarle porque el aislamiento me ha vuelto miedoso, me gusta saber que no estoy solo en la isla, que en algún lugar, seguramente no muy lejos de mi cabaña, él también mira la luna cada noche. Al fin y al cabo he tenido suerte, pienso. No estoy solo. Si él puede resistir hasta que alguien venga a rescatarnos, yo también podré. Y como necesitamos saber el uno del otro, cada mañana él recoge los dos cocos que le dejo como señuelo sobre una roca y por la tarde yo recojo en el mismo sitio, los dos cocos que me deja él.

sábado, 13 de diciembre de 2008

INQUIETUD

- Yo no soy tonto.
- Sí, sí lo eres. Habla bajito. Te pueden oir.
- Tengo miedo.
- Estamos aquí por tu culpa, así que cállate.
Cesan los ruidos de picos y palas. Se oyen tres voces, dos hombres y una mujer. No se entiende lo que dicen. Después, se escuchan pasos sobre la gravilla. Se alejan.
- ¿Tú crees que volverán?
- No se sabe. Con ellos nunca se sabe.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

ERA DE ESPERAR

El mecánico miró las bujías y revisó el motor de arranque. Cambió la correa de transmisión y comprobó la batería. Todo funcionaba a la perfección. Pero el coche no arrancaba. Después de repasar cuanto manual encontró y de realizar los tests pertinentes, descubrió por fin el motivo. Era un problema de voluntad, de falta de motivación. El coche había perdido la ilusión por rodar y hacer kilómetros. Probamos con algún incentivo, llantas nuevas y altavoces traseros, pero no hubo forma, nada le hizo cambiar de opinión. En el fondo me alegré por él. Siempre supe que mi coche tenía principios.

martes, 9 de diciembre de 2008

17 AÑOS (o la herida que no cierra)

El espejo me devuelve dos granos más en mi rostro adolescente, violado, roto por decenas de espinillas en distinto grado de evolución. La furia de mis lágrimas resbala sobre suaves colinas duras y dolorosas, de color sandía. Anoche extraje lava blanca de nevados volcanes, sabiendo y sin que me importara, que los profundos cráteres abiertos con violencia, envejecerían conmigo como llaga que nunca cierra. Otras cumbres cuajadas de pus esperan ahora la llegada de mis uñas y mi rabia, perfecta pareja para perpetrar la próxima masacre.
Después del ritual sangriento salgo a la calle y de ahí al instituto.
Hoy sí estoy decidido. Seco el sudor de mis manos en las roturas de mis vaqueros y me acerco al pupitre de Lucía, a su pelo suave, a su piel tan lisa que no es real, que es como dibujada. La invitaré al cine. Me acerco sigiloso por detrás y me llega su olor a jabón y a chocolate. Inclino mi cabeza y una brisa cómplice mueve su cabello de ángel dorado, lo acerca a mis labios. Se da la vuelta, y al verme, su cara refleja una mezcla de mofa y asco que no se preocupa por ocultar o reprimir. No puedo respirar. Caigo al vacío, al fondo sin fondo de la oscuridad total.Todo ocurre en cámara lenta y al mismo tiempo a velocidad vertiginosa.Y al final llega el blanco perfecto de la nada, el silencio completo y redondo donde ya no hay dolor. Se acabó, ya no soy, no existo.
Pero algo me succiona y me viene una arcada envuelta en un calor aséptico, como de microondas. Suenan ruiditos metálicos a lo lejos, pero no sé si los oigo o los sueño. Me cuesta abrir los ojos y cuando lo hago percibo una luz fría de hospital. Estoy tumbado en una cama y apenas puedo moverme. Alguien me da la mano. Hay algo más que alivio en la mirada de mi esposa cuando me dice: "Ay Antonio, pero qué susto nos has dado".

viernes, 5 de diciembre de 2008

LA CARTA


Éste es, viajero, el relato que escribí hace un tiempo y que me recordó el tuyo del otro día. Lo encontré al fin y lo podé bastante ( asumiendo el riesgo que tiene la poda excesiva) para adecuarlo al blog.


-No hace falta que te arregles tanto- dice María dándole otro mordisco a la media luna de hojaldre.
Sentada sobre la cama, en el hueco de la palma de la mano izquierda va recogiendo las migas que caen en finas láminas de distintos tamaños. Mientras, Conchita se acomoda el vestido delante del espejo del armario.
-Hay que dar buena impresión, mujer, después de lo bien que se han portado con nosotras. ¡Y tú dudando siempre de aquel hombre tan simpático! ¿tienes la carta?
-Pues claro que sí, mujer, la tengo en el bolso desde el día que llegó. Y deja ya de mirarte al espejo, que te vas a gastar.
Mientras Conchita termina de atusarse el pelo, María mira la baldosa sobre la que se apoya una pata del armario de tres cuerpos. En la forma caprichosa de la mancha, la cara del viejo barbudo que siempre ha visto, parece mostrar ahora un rasgo distinto, tal vez una media sonrisa.
A fin salen de casa y en pocos minutos entran en la sucursal 239 de la Bancamed. Las recibe un hombre grueso que lleva una camisa a rayas tensada al máximo sobre una barriga globo. El hombre las recibe sonriendo y las acompaña a su despacho.
- Buenos días, señoras. ¡Cuánto tiempo sin verlas por aquí!. ¡ Pero qué guapas están! ¡Cada día más jóvenes! ¿va todo bien?
Habla como si realmente le importara la salud de las hermanas, con el tono de voz de un pariente preocupado.
- Buenos días- dice Conchita- estamos bien, gracias. Venimos por la carta. Realmente nos va a venir muy bien ahora que mi hermana y yo volvemos al pueblo.
Le tiende el sobre que saca del bolso y el director saca con cuidado un folleto de su interior. “En Bancamed pensamos en usted” resalta en letras negras sobre un fondo color azul turquesa, el mismo azul de la tapicería de las sillas, de los paneles que separan las mesas y de los bolígrafos. Se ve la foto de la cara de un hombre que sostiene en su mano unos billetes de quinientos euros con los que se tapa medio rostro. Sonríe feliz mostrando una hilera de dientes blanquísimos. La frase “Tenemos 6.000 euros para usted” está impresa en letras grandes sobre la imagen.
-Ah, ¿desean pedir un préstamo? –les dice imitando con su sonrisa al hombre del folleto.
No, no, muchas gracias. Con los 6.000 euros que tienen para nosotras tenemos bastante, contestó Conchita. Estamos muy agradecidas. Ahora podremos arreglar la casa del pueblo y poner camas nuevas. No lo creerá, pero aún dormimos en las mismas de cuando éramos niñas.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Mi amor:


Lo nuestro no ha terminado, aún me quedan flechas en el carcaj.

lunes, 1 de diciembre de 2008

EL VIAJE (la foto es de hoy mismo, el cielo amaneció con nubes inquietas)


Llegué agotada tras el viaje y llamé a las puertas de mis amigos. Vete, estás muerta, me dijo Javier. Encontré a Raúl leyendo y ni me miró, pensó que soñaba que leía. A Lidia, mi visita le provocó un sarpullido de recuerdos que fue incapaz de aguantar, se retiró a llorar en la soledad de su cuarto. Cuando visité a mis hermanos, pensaron que venía a cobrarles una deuda, a resolver un problema de herencia y ambos me cerraron la puerta. Mi marido creyó al verme, que la locura se había instalado al fin, liberadora, en el epicentro de su dolor. Nadie quiso recibirme, nadie me dio un abrazo después del largo, del difícil viaje que tuve que hacer desde el más allá, yo que siempre he sido atea.

martes, 25 de noviembre de 2008

TRISTEZA


A veces es así,
te levantas y echas de menos un nombre.
A tus espaldas late aquello que fuiste,
que dejaste escrito en renglones desiguales.

El agujero de lo que queda por venir,
está abierto a la ferocidad de todas las posibilidades.

Yo solo desearía un ir pasando,
un tiempo lento, de silencios amables,
besos oportunos y pestañas saladas
por mareas benignas.

Duerme en mí lo que nunca concluyó,
me habita casi en exclusiva a veces,
convive con el dolor de lo definitivo.

En los días oscuros, tensos y vacíos,
bucear en mí misma es la única posibilidad,
y el mundo es un lugar inaccesible y ajeno
en el que otros cosen sus historias.

MOMENTO DE ÉXTASIS EN UNA TARDE CASI INVERNAL

Abro mi navaja y me acerco sigiloso, midiendo mis pasos para evitar que el ruido me delate. Me ha costado dar con ella pero ahí está, luciendo con orgullo su talle delgado casi oculto bajo el elegante sombrero marrón. Un manantial de sudor frío se va abriendo camino, trazando finos surcos en mis mejillas. Nada podría detener ahora ese goteo incesante de emoción contenida. Pero debo ser diligente si quiero evitar que alguien me descubra. Un corte limpio es el único pensamiento que me acompaña en este instante en el que sólo me preocupa que algo pueda estropear su belleza. Poco a poco acerco el filo de la navaja a su cuerpo, que se separa con delicadeza del pie que la sostiene. La seta de los caballeros reposa ahora espléndida en mi mano. Sin una sola mácula. Es la primera, delicada y hermosa, inaugurando por fin la temporada. Cada año es más difícil hacerse con buenos ejemplares.

martes, 18 de noviembre de 2008

PEQUEÑAS MISERIAS



Vivo en el extrarradio de una gran ciudad, en un piso que acabaremos de pagar dentro de nueve años. Tengo un trabajo fijo que me deja las tardes libres para dedicarlas a mis maquetas. Como miembro activo de la asociación de vecinos, puedo afirmar, aun a riesgo de pecar de inmodestia, que buena parte de las iniciativas tomadas para la mejora del barrio han sido propuestas mías, secundadas por una amplia mayoría. Conchita me quiere, yo la quiero y el sexo después de dieciseis años sigue siendo pasable. Soy el rey de las ensaladas, pelo las zanahorias a velocidad de vértigo y mezclo los ingredientes siempre distintos para no adormecer los paladares. Los niños crecen bien, haciéndose a sí mismos las preguntas habituales. Los fines de semana salimos al campo, y si hay suerte y el domingo no pillamos atasco, me da tiempo de tomar unas cervecitas con los colegas en el bar.

Lo sé, como borrador de una vida no está tan mal, pero algo me impide pasarla a limpio.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

AMANTIS


No dormía a mi lado cuando la primera luz del día me despertó. Le busqué por toda la casa. Su móvil no tenía cobertura. Excitada como estaba al recordar la noche anterior y con su olor a tierra húmeda todavía vivo en mi hombro, mojé mis dedos en el rastro que su saliva había dejado en mi boca. Después los dedos resbalaron obedientes y finalmente lo encontré, escondido y asustado en el más recóndito de mis pliegues.

lunes, 10 de noviembre de 2008

LOS QUE NO SOY

No nací en Somalia,
ni soplo vida a cucharaditas,
a mi hijo nacido para morir.

Tampoco soy un marinero portugués
con una cicatriz en el ojo,
producto de los celos de una mujer.

No soy un niño palestino
que apedrea tanques israelíes.

Ni fui una prostituta del East End
en el Londres victoriano.

Soy yo y no sé porqué.
Sobrevivo sin saberlo.
Visto mis sueños
y maquillo las ausencias
que solo me duelen a mí.

Llevo en la maleta
los restos de mis naufragios.

Y el color azul solo es
mi forma de ver el azul.
Nunca el azul que vería
el marinero portugués
que pude haber sido.

Vivo la vida metida en mí,
la veo desde mi ventana,
que es capricho de la genética.

Cada mañana
me yergo sobre mis dos pies.
Salgo a mi percepción del mundo.
Con las luces y las sombras
tamizadas por mis visillos.

No ahora, ni hoy,

en este día que amanecí rara,
pero sí me ocurre casi siempre:
me levanto sin conciencia ni nostalgia
de aquellos que no soy.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

EL DENTISTA

Me seco el sudor de las manos en las costuras laterales del pantalón Si me he atrevido a venir es porque desde hace días la raiz de la muela del juicio me está taladrando el maxilar inferior, y persisten en media cabeza los latidos de un dolor apaleado por los calmantes. Los lagrimones caen más por miedo que por otra cosa y la angustia queda atrapada bajo mis párpados cada vez que los cierro. Siento mis diez uñas clavadas sobre el potro de tortura y el dentista urgando con un placer insano, como de violador, en el foco del dolor. Un babero ridículo de papel , el espejito, la sonda dental. El ruidíto de la cánula de aspiración que cuelga del labio como una percha pesada. Enjuagar y escupir. Querría escupirle a la cara pero me contengo, más que nada porque a diferencia de él, voy desarmada. Mmmm...veamos, mumura el torturador de bata blanca acariciándose el mentón, creo que podremos salvarle la muela, pero mucho temo que tendré que extirparle el billete de quinietos euros que lleva incrustado en el paladar.

lunes, 3 de noviembre de 2008

ONETTI

Esta vez cuelgo un microrrelato del que para mí es uno de los mejores escritores de la angustia, maestro en sumergir al lector en atmósferas inquietantes. Cuánto se puede contar con tan pocas palabras. Nada sobra y nada falta.

LOS BESOS

Los había conocido y extrañado de su madre. Besaba en las dos mejillas o en la mano a toda mujer indiferente que le presentaran, había respetado el rito prostibulario que prohibía unir las bocas; novias, mujeres le habían besado con lenguas en la garganta y se habían detenido sabias y escrupulosas para besarle el miembro. Saliva, calor y deslices, como debe ser. Después la sorpresiva entrada de la mujer, desconocida, atravesando la herradura de dolientes, esposa e hijos, amigos llorones suspirantes.Se acercó, impávida, la muy puta, la muy atrevida, para besarle la frialdad de la frente, por encima del borde del ataúd, dejando entre la horizontalidad de las tres arrugas, una pequeña mancha carmín.

miércoles, 29 de octubre de 2008

MI MASCOTA

Soy muy feliz con mi mascota. Me acompaña a todas partes, a comprar el pan, a tirar piedras al río y a buscar agua a la fuente. Hoy soy yo el que la acompaño a ella. Cierro los ojos y sostengo con fuerza sus patitas. Oigo el torno del veterinario-dentista, le está tratando el premolar 27 de su cuarta fila de dientes. El pobre no ha dejado de quejarse de dolor ni un solo día desde que se comió a mi vecino Ricardito.

sábado, 25 de octubre de 2008

EL DIA DE LAS ELECCIONES

El candidato electo mueve sus brazos como si abrazara a la multitud. Sus propuestas inflaman a la audiencia, cada vez más entregada al júbilo de la celebración. La promesas caen como agua bendita desde el púlpito. Ramón desde las gradas y arropado por otros militantes se une al griterío.
¡Guapo! grita una mujer desde una de las primeras filas. Y a ella se unen las voces de otras mujeres que repiten un guapo guapo guapo... que se multiplica por la sala como un eco hasta quedar ahogado por el aplauso final. El candidato intenta frenar la ovación moviendo sus manos arriba y abajo y acercándose al micrófono dispuesto a pronunciar una última frase. Banderas y gorras rojas y blancas, mecheros rojos y blancos, globos rojos y blancos se mueven en un agitado mar bicolor. Ramón esta feliz, los suyos han ganado y se siente por esta vez, parte de la historia. El gentío empieza a salir de forma ordenada del polideportivo. Ramón camina con paso ligero. Pocos metros antes de cruzar la avenida principal siente una pequeña punzada en la boca del estómago y se detiene.Un ligerísimo mareo apunta la aparición de una duda. Detiene sus pasos y espera unos segundos...pero no, no es nada, seguramente algo que habrá comido.

o tal vez

b) Se da cuenta de que no ha cambiado la hora a su reloj y por tanto viendo las cosas desde la perspectiva de una hora antes, el discurso del vencedor le parece lleno de lugares comunes y vulgares mentiras.

c) Como es daltónico, ha confundido el verde con el rojo y en realidad ha escuchado el discurso del candidato perdedor.

d) Cualquier otra cosa.



miércoles, 22 de octubre de 2008

AMOR FUGAZ

Mirándose a los ojos en una playa olvidada, la salida del sol los convirtió en enamorados. Dejaron de serlo en el mismo instante en el que sus sombras se proyectaron sobre la arena.

martes, 14 de octubre de 2008

19-F


19 DE FEBRERO

Hace unos años trabajé como jefe de protocolo del Ministerio de Exteriores. La tarde en la que recibimos al embajador de Svequia, hacía un frío polar y en las calles la nieve había dejado un silencio luminoso y una atmósfera diáfana. El embajador llegó puntual y bajó del coche oficial. Iba solo y vestía un abrigo gris de lana y un gorro de piel de zorro. Subió la escalinata con las manos metidas en los bolsillos y espirando nubes de aliento blanco. El Ministro esperaba ante la puerta acristalada y el embajador con una agilidad notable, subió los tres últimos peldaños de la escalinata circular. Ambos se acercaron y se disponían a estrecharse las manos. Entonces lo vi. De la manga derecha del abrigo del embajador, en el lugar en el que debía estar su mano, acerté a ver horrorizado como asomaban los dedos amarillos y huesudos de una pata de gallina.

sábado, 11 de octubre de 2008

LO BLÓGUICO

Llevo un mes moviéndome en el universo bloguero ( sección escritores inéditos y también de relumbrón) y ya tengo claro que la cosa engancha, que puedes pasarte horas saltando de blog en blog y curioseando sin aburrirte. También puedes aburrirte mortalmente. Hay blogs supercurrados en los que entras y te parece que hasta tienen mayordomo. Algunos blogueros, cual flautistas de Hamelín, gozan de ejércitos de fans incondicionales que les siguen por donde vayan y les ríen todas sus gracias. Otros, parapetados por todo lo que han publicado en papel, te miran por encima de la tecla y enseguida ves que detrás y delante solo hay un : oiga, que yo he venido aquí a vender mi libro. Hay personajes entrañables (qué poco entrañable se ha vuelto la palabra entrañable) entregados a labores de recopilación de datos interesantísimos, información a la que de otro modo yo al menos no tendría acceso. Y hay otro grupo de inéditos o casi, gente que te cae bien a pesar de que ni les has visto la jeta, que resultan extrañamente familiares. Rezuman buenas historias y saben cómo contarlas. Hay algún amigo utópico, empeñado en seguir creyendo que otro mundo es posible y hay quien vierte sus entrañas a diario como una forma de exorcisar todos sus demonios. Pues sí, ha pasado un mes, y por lo menos ya sé que si acabo abducida por esta pantalla, si al cerrar el portatil me quedo un día dentro, sabría donde pasar la noche.

jueves, 9 de octubre de 2008

DOBLE O MITAD

Marisa ha muerto. Digo las tres palabras en voz alta para acabar de creerlo. El ruido exterior me impide pensar con claridad. Me levanto del escritorio y me acerco a la ventana desde donde veo a un obrero abriendo una zanja en la calle. Es la tercera vez este año, abren y cierran por los mismos lugares como distintos cirujanos que operan una y otra vez el mismo órgano. La taladradora convierte el asfalto en gruesos pedazos que se parten como la corteza de un pan quemado. El suelo vibra por el trabajo de los obreros y la vibración favorece el camino a las lágrimas. Nada será igual sin ella, sin su boca, sin su ternura de gata esquiva.
Regreso a mi mesa. Una luz en una de las esquinas superiores de la pantalla del ordenador parpadea insistente como el llanto de un bebé. Es mi secretaria. Su cara emerge en la pantalla de forma grosera. Díme, le digo. Disculpe, salgo un momento, dice ella.
Regresa el silencio a la calle y vuelvo a la ventana. Se han ido los obreros. Han cerrado la zanja y unas vallas protegen el cemento fresco de las pisadas de algún peatón despistado. Un gato pasa entre los barrotes de la valla con sus lentos pasitos elegantes. Ignora que sus huellas han quedado marcadas para siempre en la espesa sopa de cemento. Lucía, mi secretaria, llama a la puerta y entra con un paquete. Es el regalo de aniversario que ha comprado para que esta noche sorprenda a mi mujer.

sábado, 4 de octubre de 2008

EL DRAMA DE RODRIGO

Mientras encendía el cigarrillo, Rodrigo recordó que había dejado de fumar. Apuró el último sorbo de coñac y su mujer indignada le increpó porque era abstemio. La escuchó perplejo ya que él nunca se había casado. Cuando llegaron los niños del colegio rompió a llorar. Él, que ni siquiera tenía ojos.

miércoles, 1 de octubre de 2008

POST-PRAGA















Una de las ventajas de viajar, es que el tiempo transcurre por parámetros distintos a los habituales. Como en los sueños. Y de la misma forma que estos, cuando terminan lo hacen de forma abrupta y dejan una sensación de irrealidad. Sí, ayer estaba en Praga, bebiendo una Gambrinus, con tortícolis de tanto mirar hacia arriba buscando encontar algún edificio feo. Y con frío.
Ahora estoy en mi mesa de siempre, con este calor húmedo de la isla y parece que no ha pasado nada. Un estornudo en la rutina, un cosquilleo.
Ayer me parecía que llevaba semanas de viaje, ahora me parece que me fui hace un par de horas al cine y pasaban una peli ambientada en Praga. O que tuve un sueño bonito, de esos intensos que dejan un poso de melancolía amable, de esa que acompaña unos días.
Pero sí, valió la pena. Ha sido un chute de vitaminas visuales. ¡Qué sentido de la estética y de la armonía, los muy capullos ! Porque capullos sí que lo son, eh! Ni se te ocurra pedirles una indicación. Te miran con cara de: ¡apártate de mi camino, bicho!.
Estuve leyendo que una practica habitual de los checos han sido las defenestraciones. Son parte de su historia. Y poca broma eh, que así empezó la Guerra de los Treinta años. Si lo piensas, es bastante gráfico. Si alguien les incordia, lo tiran por la ventana. Aunque sea con la mirada.Yo, sin ir más lejos, me sentí virtualmente defenestrada unas cuantas veces.
Pero estar rodeado de cosas hermosas tiene un efecto balsámico, aunque haga frío, aunque sean unos bordes y aunque a la vuelta toque pisar tierra y caer de bruces en el reino de la horterada y el mal gusto.

sábado, 27 de septiembre de 2008

PRAGA

Mañana viajo a Praga. Solo cuatro días. Pese a que sé que estará invadida por turistas, de los que intentaré diferenciarme de forma algo presuntuosa sintiéndome viajera y separándome del turista homologado, pese a eso digo, se me eriza el vello cuando pienso que voy a conocer la cuna de Kafka y de Rilke.
La idea es subir y bajar de los tranvías sin un destino determinado, patearnos el casco antiguo y sentarnos a beber la que dicen que es la mejor y más alcohólica cerveza del mundo. A ver si nos dejan.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

SOLEDAD

Estoy desnuda frente a una pared blanca. En una habitación vacía. Desconozco el origen de mi encierro y el tiempo que llevo aquí. No hace ni frío ni calor. No siento hambre. No me vence el sueño. Vivo sin recuerdos, sin sudor y sin lágrimas. Veo crecer una mancha negra en la pared blanca. Alguien me espera ahí afuera para ponerme un nombre.

sábado, 20 de septiembre de 2008

EL INFIERNO

El olor es lo primero que me golpea en la cara cuando me abren la puerta. Olor a producto desinfectante bajo el que se intuye lejano, el olor a excremento humano. La encuentro sentada en el sillón, con la cara ladeada, los ojos cerrados y el labio inferior hinchado por las horas que lleva como momificada en la misma postura. Un hilillo de baba seco ha dejado un surco blanquecino en la comisura del labio deforme.Ya ni la visten, lleva una de esas batas blancas de hospital abierta por detrás para que el cambio de pañales sea más cómodo.
Cuerpos de Levy es el nombre de la espeluznante enfermedad degenerativa que sufre mi madre y que le provoca alucinaciones, invalidez y deterioro cognitivo. Cuerpos de Levy es un exprimidor de cerebros que exprime el cerebro de mi madre como si se tratara de una media naranja jugosa. En el zumo que obtiene de él se va llevando su autonomía y su percepción del mundo, su memoria y su cordura.
Apenas oye ni ve, pero a su vista y su oído no les ocurre nada.En la biblioteca de su cerebro están todos los libros, los mismos que tuvo siempre.Pero ahora no llega a ellos. Ahora es una biblioteca oscura y delirante.La enciclopedia tiene las entradas cambiadas y en el tomo de la A salen las palabras pedicura o zancadilla. A veces un golpe de viento abre el libro maldito, el de ilustraciones terroríficas que la arrastan al pozo del terror universal. Nosotros desde la boca del pozo la llamamos y estiramos los brazos en un esfuerzo inútil. Como inútil es que alguien viva en ese torbellino de espanto hasta que el cuerpo aguante. Es abominable que se niegue a un ser humano el trato que le daríamos a un perro, al que un veterinario compasivo hace tiempo hubiera ayudado a morir.
Si nos espera un ejército de ginecólogos, comadronas y pediatras al llegar, alguien debería ocuparse de facilitarnos el tramo final del trayecto. Aunque sea con la ayuda de unos forceps.

miércoles, 17 de septiembre de 2008


IN MEMORIAM (a mis amigos muertos)
.

Hoy os rescato de la memoria.
A los muertos por atracón de vida.
A los entregados a la Dama como amantes.
A los cuerpos mutilados por células insurrectas,
robados a mordiscos en hospitales.

A los seducidos con cantos de sirena.
Al que contempló por última vez,
el mundo desde un quinto piso.

Muerte traidora y cobarde.
Cazadora solitaria.
Capitana de las sardinas.
Oculta detrás de una curva
para sorprender al ingenuo borracho.

A vosotros, amigos muertos, que también erais yo misma,
y en vuestros rostros blancos de cera ví mi cara y me asusté.

Ahora duermo el sueño de los niños y de los locos,
como si mi número no rodara también dentro de la bolsa,
y el mañana estuviera garantizado.

Nunca más, es demasiado tiempo.

Si en otros descubro caras y gestos que os eran propios,
en agradable amnesia corro a abrazaros, amigos, amigos míos…
y en muda tristeza, abrazo el aire.

Esta tarde, como araña solitaria,
lo que no aplasta el olvido teje tela delicada,
ligera baba de buey lanzada al aire
y atrapada entre mis cabellos.

Sobrevivo, sí.
A menudo sueño, río y saboreo
la sandía dulce y fresca de la vida,
sin medir vuestras ausencias.

Hoy no.

Hoy como hormiguitas, con vuestras patitas negras,
habéis trazado conmigo, frágiles caravanas de palabras,
inventario de añoranzas que dormitan en baúles.

Finalmente, llega el aire de la noche,
y os barre bajo la alfombra.
Los vacíos se disfrazan,
y el mundo sigue girando

viernes, 12 de septiembre de 2008

LA BUENA SUERTE

Alfredo nació hermoso y rollizo. Tuvo una infancia feliz. Aprendió a leer sin esfuerzo. Las raices cuadradas y los logaritmos entraban y salían de su cabeza con suavidad y precisión. Sus padres le adoraban y le educaron con apacible rectitud. Conquistó a la más guapa del instituto, de la que todos sin excepción estábamos enamorados. En 1979 heredó una fortuna de su abuelo y pudo dedicarse en exclusiva a su mayor afición: la escritura . Sus libros no tardaron en llenar los primeros estantes de las librerías y en ser traducidos a sesenta y cuatro idiomas. Tuvo dos hijos, que no lloraron por las noches y que en la más tierna infancia ganaron sendos premios de poesía . Los críos mostraron extraordinarias aptitudes para el piano y a los seis años dieron su primer concierto en el Gran Teatro del Liceo. En 1987 ganó el gordo de la lotería. Al año siguiente, le otorgaron el Nobel de Literatura. El pobre Alfredo se suicidó de un disparo certero antes de llegar a los cuarenta. Nunca conseguió que la puñetera suerte lo abandonara.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

EN BUENA COMPAÑÍA

Me visita una pena antigua.
Llega sola y sin veneno.
Es pena de algodón.
Suave y acogedora,
confortable y segura como mi propio olor.

Las lágrimas recorren pasajes internos.
Y en su lento discurrir
nacen pequeños lagos de balsámica aflicción.
No salgo a ningún encuentro.
Ni pronuncio nombre ajeno.
Me basto sola, solita
con mi media ración de melancolía.

Mi cuerpo de arena caliente
se cubre de algas mullidas.
Son harapos que me arropan
llegados de fondos marinos
sin encontrar resistencia.

Me entrego al desconsuelo
como a un dulce y viejo amor.
Que no estoy para bautizos,
ni fuegos artificiales
ni paseos bajo el sol.

Incapaz de otra fragancia,
descartado otro sabor,
hoy la tristeza solo es
una versión de mi misma,
pero mejor.

martes, 2 de septiembre de 2008


Ayer a mi hijo se le escurrió un plato y al romperse
dibujó en el fregadero esta fantástica figura. A veces
ocurre así, las rupturas dejan hermosas imágenes,
de perfil más bello que aquello que tanto protegíamos
pensando que su pérdida nos haría enloqueder.