sábado, 4 de octubre de 2008

EL DRAMA DE RODRIGO

Mientras encendía el cigarrillo, Rodrigo recordó que había dejado de fumar. Apuró el último sorbo de coñac y su mujer indignada le increpó porque era abstemio. La escuchó perplejo ya que él nunca se había casado. Cuando llegaron los niños del colegio rompió a llorar. Él, que ni siquiera tenía ojos.

12 comentarios:

Raúl dijo...

El culmen de la paradoja. Fantástico micro.
Gracias por tu visita.

Anónimo dijo...

Así es.
Hay gente que no tiene nada.
Lo peor es la sensación , cuando creemos que somos nosotros ,menos mal que pasa pronto.
Besos.

Antonio dijo...

Dice:
—Mamá, me pica una oreja.
—Pues arráscatela, maldito imbécil.
—Mamá... ¿porqué eres tan cruel? Sabes perfectamente que no tengo brazos.
—Y tú... ¿porqué eres tan imbécil? Sabes perfectamente que no tienes orejas.

Araceli Esteves dijo...

Raúl,lo mismo digo: bienvenido a esta tu casa. Reyes: mientras pase ya va bien...
Antonio: Vaya cariñosa conversación materno-filial. Muy bueno.

Carlos Frontera dijo...

Estupendo microcuento (o como quiera que se llame), Araceli.
Desconcertado debía estar, el pobre Rodrigo. Casi tanto como el lector.

Araceli Esteves dijo...

Gracias viajero. Desconcertar al lector era justo lo que quería.

Miguel Baquero dijo...

Muy bueno el microrrelato. "Él, que ni siquiera tenía ojos ni se llemaba Rodrigo".

Bárbara dijo...

Lo bueno, si breve, diez veces bueno. Pero pobre, pobre Rodrigo.

El Hombre Blanco dijo...

No estoy de acuerdo con Bárbara... Lo bueno, si es berve, es una putada... Yo quiero saber más sobre Rodrigo, me cae bien el hombre...
Abrazos

Araceli Esteves dijo...

Sí Miguel: ni siquiera tenía ojos, ni se llamaba Rodrigo ni nadie escribía sobre él. Barbara, vale que da pena pero igual también se lo ha buscado ¿Quién sabe? Y Hombre blanco, yo también tengo simpatía por él pero ni puñetera idea de donde se ha metido.

Conrado Arranz dijo...

vivir en un mundo llamado Rodrigo

Gemma dijo...

Sí que estaba confuso el pobre...

Saludos