Mi amigo Llorenç me ha mandado uno de sus dibujos para que me inspire un relato. La inspiración, de caracter caprichoso; no siempre llega cuando uno la espera.
Los dos hermanos decidieron que aquella tarde irían a jugar un poco más lejos que de costumbre, más allá del límite de seguridad que les habían trazado sus padres. Atravesaron el campo violeta de las olorosas lavandas, cruzaron una pequeña zona boscosa y subieron hasta el campo de margaritas, que hasta entonces sólo habían visto desde lejos como una mancha de pintura amarilla
El menor habló primero:
- Debe ser un animal.
- Tú sí que eres un animal ¿ No ves las manos y los dedos? Y la forma del cráneo es totalmente humana.
- Vámonos, tengo miedo.
- Espera, vamos a mirarlo bien.
Y miraron y tocaron, palparon la cálida superficie lisa del cráneo. El hermano mayor introdujo sus dedos en las cuencas negras. Después cortó unas margaritas, hizo de la boca un florero.
La tarde de verano fue barriendo las blancas nubes que toda la mañana y por contraste, habían saturado el cielo de un azul desmesurado. El sol vibraba ya sin demasiada fuerza sobre las flores.
Los hermanos no tardaron en aburrirse del hallazgo y buscaron acomodo, se tumbaron a mirar hormigas, a atravesar sus manos en la larga y afanosa fila de miméticos bichos. Les gustaba ver como los insectos subían y bajaban por cada dedo sin que se viera alterado en modo alguno su empeño por llegar al hormiguero.
No había margaritas aquella mañana de invierno que un grupo de excursionistas subieron hasta el mismo campo. Tampoco había fila de hormigas. Sólo una ligera manta de nieve que dejaba calvas terrosas en la ladera. Y parecía que alguien hubiera esparcido polvo de azucar sobre los huesos, acomodados en postura de durmiente, de tres esqueletos.
26 comentarios:
El formato hoy te ha quedado estupendo, Araceli :)
Me encanta como te detienes a saborear lo que vas contando, no sé como lo haces, pero te das tu tiempo para ir contando cada cosa, creo que es por las descripciones intercaladas. No sé cuanto ha tardado en llegarte la inspiración pero ha merecido la pena esperar, sin duda.
Un abrazo
Lo del formato tiene trampa, Anita, si no fuera por Gabriel, alias Propílogo, el resultado hubiera sido tan catastrófico como siempre.
Me has dejado pensando e imaginando cómo llegaron a ser tres las calvas.
Belleza y misterio se aunan en tu relato que a mí me parece muy logrado y de acuerdo con el dibujo.
Abrazos
Miedo.
misterioso relato con final con suspense a lo Alfred Hichcock.
Me ha encantado y a la ves asustado
Me encantó. Un relato que rezuma tragedia en un ambiente muy logrado.
Besos y abrazos al cubo.
Me ha gustado .
Besos.
Me ha gustado el contraste entre la tragedia y la belleza del paisaje. Y luego ese misterio sin resolver que te deja pensando.
Lo bordas.
Un abrazo.
Es curiosa la sensación que va dejando este micro. Algo así como caminar por la misma cresta de la montaña. A un lado, una suave pendiente de descripciones, imágenes, cielo... y al otro, la abrupta caída al vacío entre cráneos y muertos.
Me ha gustado.
Abrazos
Gabriel
Gracias, ISABEL, algo pasó aquella tarde de verano para que los niños no regresaran a casa. Exactamente eso que ahora estás pensando.
MARIAJESUS, MUERTE ROJA, asustarse un poco tampoco va mal, no?
LOLA, es importante eso del ambiente que mencionas, a mí es lo que más me gusta de los relatos como lectora. Si se resuelve el ambiente el relato sale más fácilmente.
REYES, y yo que me alegro.
CELSA, hay algo de belleza en algunas tragedias.Lo que haya ocurrido a los niños da para otro cuento.
Me alegra, GABRIEL, que te gusten los contrastes. A mí también.
Guau, menudo final. Me ha gustado mucho, me ha recordado a aquellas historias cortas de alfed hitchkock presenta...
Ese tipo de aventuras, con hermanos de protagonistas, que quedan enquistadas en la memoria para toda la vida. Muy bueno Araceli. Un saludo
Ya sabía yo que al final moría hasta el apuntador, jaja. Me pregunto qué fue de los excursionistas...
Molt bò, Ara.
Petons.
(I gràcies per penjar el dibuix)
He llegado ha este tu blog por recomendación de mi profe. y me ha encantado me gustan enormemente tus relatos.Las descricciones tan poéticas y esos finales sorprendentes...Me has ganado como lectora.
Saludos
MANU, igual debería haber puesto a un hombre gordo y con puro paseando entre las flores.
MANUEL IGLESIAS,
pues esperemos que el quiste sea benigno.
ROSA, me alegra haberte ganado como lectora.
¿Tu profesor te ha recomendado mi blog?
¿Quién es él?
¿A quién debo agradecer la recomendación?
Ni "super profe" es ella y se llama Marta. Nos imparte su saber en el taller de literatura de Tordesillas y alrededores, donde nos hace excelentes recomendaciones como es el caso de tu blog. Tambien tenemos un blog en el que colaboramos.Si te quieres pasar a visitarnos estaremos encantados de recibirte en nuestro mar.
mardeincertidumbres.blogspot.com
Gracias por tu interes.Un cordial saludo.
Rosa M.
STRONGBO, los excursionistas también debieron dejar hermosos esqueletos.
Fíjate que tu micro para mí puede leerse bien como una historia de terror bien como un cuento maravilloso, despojado entonces de toda interpretación que nos recuerde al miedo. Yo me decanto por esta última lectura, pues a mí me parece que en tu pieza prima la tranquilidad y hasta el sosiego, tan anhelados ambos.
Besos
Tienes razón, GEMMA, lo terrorífico lo pone el lector, si quiere.
Me pregunto que fue lo que paso. Y me parece que, fuera lo que fuera, tuvieron algo que ver las hormigas.
(Me parece muy interesante esa lectura en la que prima lo maravilloso sobre lo terrorifico.)
ANTONIO, pues estoy pensando en hacer un relato en el que cuente lo que les pasó a los hermanos. Pero me temo que perdería la magia.
Tuve la misma sensación que Gemma. Y mira que haces relatos que me asustan, pero este no. Un amable paseo hasta más lejos de lo habitual. Y una envidia sana de la tranquilidad del esqueleto.
Quizá asuste cómo podría ser la vida de los dos hermanos, para preferir imitar al Tranquilo. O quizá, simplemente, era poetas en ciernes.
Sí, Nán, creo que esa postura de durmientes le quita hierro al asunto. La idea era que quedara bien claro que fue una muerte dulce.
Me quedé un poco flasheado al final, volví al principio, leí lo de "zona de seguridad" y me cuadró todo. Qué ..., qué bueno.
Gracias MIGUEL, no es conveniente salir de la zona de seguridad.
¿o sí?
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