sábado, 8 de agosto de 2009

SE MUERE, NO SE MUERE

Como el péndulo de un lento reloj macabro, los médicos dan el parte: se muere, no se muere, se muere, no se muere. Cada día uno distinto. Adiós mamá, por fin te vas al otro lado del espejo. Hola mamá, ¿todavía sigues aquí encallada, atascada entre las sábanas? Se deshoja la cruel margarita de hojas infinitas, que se reproducen incansables, amplificando la podedumbre moral de una sociedad que te abandona en el peor de los infiernos. Ante todo la vida, la vida de un moribundo, preservémosla. Muertes de guerra y de hambre sí, pero muerte al que la desea nunca.
Destellos de luz y cordura en alguna bata blanca: le retiraremos todo, el antibiótico para la neumonía y el diurético, en el suero sólo morfina y calmantes. Pero el cuerpo es fuerte y los latidos del corazón puntuales. Cuesta mucho morir, cuesta tanto...
A veces delira ¿delira? siempre con los ojos cerrados: mamá ¿falta mucho? le dice mi madre a la suya, al recuerdo que tiene de ella, que la ha acompañado siempre, desde que murió cuando ella tenía doce años. La esencia de mi abuela, así nos gusta pensarlo, permanece al pie de su cama acompañándola. Ayúdame a morir, mamá, le dice con voz de niña a la abuela sorda.
Lo cierto es que a ocho de agosto de 2009, mi madre se muere y no se muere, se muere y no se muere, todo el tiempo, y todas las veces que siguen cabiendo en su cuerpecito desinflado.

21 comentarios:

Gemma dijo...

Querida Araceli:
Qué bello lamento entonaste. La muerte es mezquina con quienes la desean, cruel con quienes la temen; se presenta sólo cuando ella sola quiere...

(Qué suerte que tu madre pueda cobijarse en los brazos de la abuela.)
Un beso

BB dijo...

Te hemos acompañado durante todo
este tiempo, en ese sufrimiento
que vives día a día. Sí, cuesta
mucho morirse. No nos dejan...
Un abrazo fuerte
BB

Jaht dijo...

No hay palabras que sirvan ante tamaña sinrazón.

Estoy de acuerdo contigo, nos abandonan y dejan a la muerte vengarse; sólo por haber vivido.

No podemos hablar de vidas dignas si no lo son sus finales.
Deseo para tu madre un dulce sueño, lejos del dramático tic-tac de ese reloj que nadie quiere parar.

Marta Sanuy dijo...

Un abrazo muy fuerte Araceli, ¡cómo cuesta entender que la vida sea tan dolorosa!.

Er Tato dijo...

Un fuerte abrazo y mucho ánimo, Araceli. Ya lo ha dicho Gemma, la muerte es mezquina con quienes la desean o la necesitan.

Javier Puche dijo...

No sé qué decir, salvo enviarte
un abrazo fuerte, Araceli.

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

En momentos tan duros, poco que decir. Aférrate a cómo era en sus mejores momentos. Un beso grande.

iliamehoy dijo...

Uy, cómo duelen tus palabras, en todos sus posibles significados, y en el alma entera....
Que se vaya despacio...pero que se vaya en paz.
Una sonrisa abrazo

Anónimo dijo...

Desearía que esto fuera ficción, pero...
Sigo leyéndote. Un abrazo.

Olga Bernad dijo...

No sé qué decirte, Araceli, esa es la verdad. Pues simplemente la verdad: acabo de leerlo, recién llegada de un viaje y, a pesar de no conocerte, he sentido muy cercano tu sufrimiento, la serena e inmensa tristeza de tu texto.
Un beso y muchísimo ánimo, de corazón.

Isabel dijo...

He entrado en tu blog por vez primera como si me llamara el título de tu post y al leerlo me has llegado al alma: en estas mismas fechas hace cinco años yo estaba sintiendo igual que tú.
Te deseo que sea pronto y dulce, por ella, por ti.

Un beso.

strongboli dijo...

Unasuperabraçadainoséquèmésdir-te...

Anónimo dijo...

Aterrizo y espero que mientras te escribo esto ya haya terminado.
Te mando un beso.

Terapia de piso dijo...

Esa intermitencia de la muerte. Esa duda. Esa espera.

Una abrazo Araceli.

Y bien grande.

José Roberto Coppola

Anónimo dijo...

Trabajo en un hospital y te entiendo perfectamente. Ese mantener la vida a toda costa sin tener en cuenta otros factores. Sólo puedo desearte que acabe pronto la pesadilla y que tu madre pueda irse en paz y en compañía de sus seres queridos.

Un saludo cordial.
R.A.

Anónimo dijo...

Y luego los sentimientos encontrados: queremos que se queden con nosotros y a la vez que no, que no pueden sufrir tanto...

Te entiendo, vivo tu historia....

Un abrazo

Raúl dijo...

Yo esta entrada no te la coment, querida mía.
Besos desde mi adiós.

ana maria parente dijo...

Tengo puntitos en la cabeza de emociòn cuando escribo èsto puès recuerdo a mi madre conversando postrada en su cama .
Estaba lejos mìo-su ùnica hija-a cuatrocientos cuarenta kmtros de distancia.
Voy a visitarla con mi marido ,algo le habìa hecho mal al hìgado y por primera vez en la vida ,dicho por ella ,habìa hecho arcadas.
Luego nos pusimos a hablar.La cuidaban tres señoras,que se turnaban ,y la que tenìa el turno la dejò charlando conmigo.De golpe me dice estar descompuesta.No le hago mucho caso porque estaba mañera para comer y yo no querìa se pusiese anémica.Pero la señora que la atendìa vino y al mirarla de frente se da cuenta que es asì y allì se queda.

NáN dijo...

Besos.

NáN dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Flu dijo...

Hola muy muy interesante esta informacion sobre la muerte ya que muchos medicos pueden decir que ya nos morimos pero no siempre esto es asi porque si no nos toca el turno seguiremos viviendo