
martes, 25 de noviembre de 2008
TRISTEZA

MOMENTO DE ÉXTASIS EN UNA TARDE CASI INVERNAL
martes, 18 de noviembre de 2008
PEQUEÑAS MISERIAS
Vivo en el extrarradio de una gran ciudad, en un piso que acabaremos de pagar dentro de nueve años. Tengo un trabajo fijo que me deja las tardes libres para dedicarlas a mis maquetas. Como miembro activo de la asociación de vecinos, puedo afirmar, aun a riesgo de pecar de inmodestia, que buena parte de las iniciativas tomadas para la mejora del barrio han sido propuestas mías, secundadas por una amplia mayoría. Conchita me quiere, yo la quiero y el sexo después de dieciseis años sigue siendo pasable. Soy el rey de las ensaladas, pelo las zanahorias a velocidad de vértigo y mezclo los ingredientes siempre distintos para no adormecer los paladares. Los niños crecen bien, haciéndose a sí mismos las preguntas habituales. Los fines de semana salimos al campo, y si hay suerte y el domingo no pillamos atasco, me da tiempo de tomar unas cervecitas con los colegas en el bar.
Lo sé, como borrador de una vida no está tan mal, pero algo me impide pasarla a limpio.
miércoles, 12 de noviembre de 2008
AMANTIS

lunes, 10 de noviembre de 2008
LOS QUE NO SOY
ni soplo vida a cucharaditas,
a mi hijo nacido para morir.
Tampoco soy un marinero portugués
con una cicatriz en el ojo,
producto de los celos de una mujer.
No soy un niño palestino
que apedrea tanques israelíes.
Ni fui una prostituta del East End
en el Londres victoriano.
Soy yo y no sé porqué.
Sobrevivo sin saberlo.
Visto mis sueños
y maquillo las ausencias
que solo me duelen a mí.
Llevo en la maleta
los restos de mis naufragios.
Y el color azul solo es
mi forma de ver el azul.
Nunca el azul que vería
el marinero portugués
que pude haber sido.
Vivo la vida metida en mí,
la veo desde mi ventana,
que es capricho de la genética.
Cada mañana
me yergo sobre mis dos pies.
Salgo a mi percepción del mundo.
Con las luces y las sombras
tamizadas por mis visillos.
No ahora, ni hoy,
en este día que amanecí rara,
pero sí me ocurre casi siempre:
me levanto sin conciencia ni nostalgia
de aquellos que no soy.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
EL DENTISTA
lunes, 3 de noviembre de 2008
ONETTI
LOS BESOS
Los había conocido y extrañado de su madre. Besaba en las dos mejillas o en la mano a toda mujer indiferente que le presentaran, había respetado el rito prostibulario que prohibía unir las bocas; novias, mujeres le habían besado con lenguas en la garganta y se habían detenido sabias y escrupulosas para besarle el miembro. Saliva, calor y deslices, como debe ser. Después la sorpresiva entrada de la mujer, desconocida, atravesando la herradura de dolientes, esposa e hijos, amigos llorones suspirantes.Se acercó, impávida, la muy puta, la muy atrevida, para besarle la frialdad de la frente, por encima del borde del ataúd, dejando entre la horizontalidad de las tres arrugas, una pequeña mancha carmín.