Se peinaba con la raya en medio. Dormía la mitad exacta de la noche de un lado y la otra mitad del contrario. Un reloj abrazaba cada muñeca. Cuando estaba sentado, calculaba los minutos de cada postura para buscar la simetría en el roce, en la tensión, en el descanso. Si se encontraba con varias personas a la vez, simultaneaba ambas manos para saludar. Su obsesión por el equilibrio era tal que cuando tras una caída se rompió la muñeca y le enyesaron el brazo izquierdo, el mismo día se autolesionó el derecho. No podía imaginar peor condición que la del desequilibrio. Por eso aprendió a escribir y a masturbarse con la izquierda y a cortar la carne con ambas manos. Vivió la simétrica cifra de sesenta y seis años. A esa edad murió en un sanatorio mental para desequilibrados.
lunes, 12 de septiembre de 2011
EN EQUILIBRIO
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16 comentarios:
La vida siempre tan irónica, tan a lo suyo...
Un abrazo
Tiene que ser un infierno vivir así, con semejante necesidad de control. Me pregunto si en el psiquiátrico ingresó por voluntad u obligado y si su muerte con sesenta y seis años fue fruto del azar.
Me gustó mucho.
Besos
Qué bien juegas con los límites, con ese "des" que lo define todo desde su contrario. Un micro espléndido, de los de vértigo.
Abrazos.
Buenísima paradoja, Araceli, me ha encantado el relato de arriba a abajo, con ritmo, buscando el "equiibro" perfecto en cada argumento. Bravo.
Ser simétrico o intentarlo en este vida... es de locos o para volverse locos. No cabe ninguna duda.
Un micro perfectamente simétrico. Enhorabuena!!!
Besos desde el aire
Tanto equilibrio para ser un desequilibrado... eso pasa por quedarse en las formas sin llegar al fondo.
Buenísimo!
Abrazos
'Qué bueno! Me encanta.
Besos
Seguro que hay gente así, como Jack Nicholson en "Mejor Imposible" con el tema de las rayas de las baldosas. Simétricamente perfecto tu micro, neuróticamente obsesivo.
Muy bueno. Se pueden controlar las cosas hasta cierto punto pero la vida o la sociedad tiene sus propias reglas como ese sanatorio para des.. Muy bueno
Saludillos
Jajaja.
Muy bueno tu micro, simétrico con un estilo claro y muy personal.
Besitos
Su problema estaba en el carácter exacto del equilibrio que pretendía.
Abrazos admirados, Araceli.
PABLO GONZ
Jojojojo, qué final más bueno, qué pedazo de micro. Tanto equilibrio al final tenía que ser malo.
Sin duda no podía ser en otro sitio que un sanatorio el lugar de su muerte. Las obsesiones no son nada buenas, llevadas hasta el límite matan.
Me gustó, un saludo.
Te iba a decir que a veces me pasa, pero no llego a tal obsesión.
Qué buen relato!
Magnífico final.
Un saludo.
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