lunes, 14 de febrero de 2011

UNA NUEVA VIDA

                                      El Bosco

Me bautizaron hace sesenta años. A los seis hice mi primera comunión para poder acompañar a mis padres a las anémicas misas con las que el padre Borrás nos obligaba estrangular bostezos. A pesar del terror que me producía el olor a sotana sucia, acudía con frecuencia al confesionario, convencido de que los susurros del capellán me evitarían el fuego eterno del infierno. Hasta me casé por la iglesia con una mujer pánfila y devota, para la que el sexo suponía un   trámite vulgar e inevitable.Todo según lo estipulado. Pero aquel día perdido en el calendario, marcado desde hace tanto tiempo con un círculo rojo, ha llegado. Hoy termina mi contrato de permanencia. Al fin puedo declararme ateo.Y suicidarme.

A los pacientes lectores: llevo un mes peleándome con varias compañías telefónicas, lidiando con sus inoperantes operadoras, sufriendo la tortura de música horripilante y machacona durante horas y horas, escuchando delirantes cláusulas y abusivos contratos, con sus respectivas obligaciones de permanencia.
Vivo reprimiendo las ganas de volverme terrorista. Y no es fácil.



 

22 comentarios:

Jesus Esnaola dijo...

Jejeje, pobre Araceli. Algún día te contaré mis tribulaciones con un proveedor de adsl. De todos modos te diré que si estas malas experiencias te llevan a catarsis de este estilo, algo bueno estás sacando.

Besos y ánimo.

Manu Espada dijo...

He pasado por lo que comentas más abajo, Araceli, quería darme de baja de un servicio de ADSL de un domicilio en el que ya ni vivía y no había manera, hasta que conecté con el defensor del internauta, les envié un burofax con amenaza de denuncia y al fin, me dieron de baja, pero me cobraron varios meses de Internet sin ni siquiera vivir en esa casa. En cuanto al texto, me ha recordado a San Manuel Bueno Mártir, muy Unamuniano. Además, el final es perfecto, el suicidio es pecado.

Antonio de Castro Cortizas dijo...

Es lo que pasa cuando uno vive oprimido toda su vida, que al final termina cometiendo la mayor de las trangresiones o, como en este caso, el peor de los pecados.

Antonio de Castro Cortizas dijo...

En cuanto a las companias telefonicas, el hecho de que alguien (en este caso Manu Espada), alguna vez, haya conseguido darse de baja con solo una amenaza de denuncia (sin amenaza de bomba ni nada por el estilo, quiero decir) me parece algo ciertamente milagroso y hasta diria que esperanzador.

J. G. dijo...

la imagen además es todo

Isabel dijo...

Te comprendo perfectamente.

Propílogo dijo...

Antes de declararse ateo y suicidarse, debería usted consultar las posibilidades de reencarnación traslacional reversa, lo que vulgarmente se llama un amago de portabilidad de vida eterna. O sea, llama usted, por ejemplo a los musulmanes, y les dice que se apunta, entonces viene dios y le manda un sms ofreciendo un nuevo cuerpo con pantalla táctil y tarifa plana de alma con un 50% de descuento en pecados veniales durante 24 meses, y un bono de pecados mortales de por vida. Un chollo.
Abrazos solidarios.

savi dijo...

Fa tan de temps...de tot aixó...ja no recordo l'olor dels capellans...em sembla que van esse exterminats per Deu...no ho ´se ..

Rocío Romero dijo...

Jejej, me gustó mucho, pero me estoy riendo del comentario de Propílogo ;-)
Llego tarde Araceli, tras varios días de viaje estoy tratando de retomar un poco así que mis condolencias por la burocracia puñetera a lo mejor -con suerte- ya llegan fuera de fecha. En cuanto al texto, oye ¿ves? para tomar decisiones drásticas se ve que nunca es tarde (aquí la única impuntual soy yo :). Me gustó.
Besos

BB dijo...

El declarase ateo, le evitó las penas eternas del infierno...
¡Qué oportuno!
Es que se te ocurre cada cosa, mi querida Araceli, pues todas y cada una, son geniales.
Solo sufrir la tortura de la música horripilante que te obligan a escuchar, es suficiente para iniciar una intifada...
Besos
BB

Araceli Esteves dijo...

JESUS, es imposible que cualquier cosa que haga estos días no esté contaminada por el trato con las compañías timofónicas.

MANU, por lo que parece todos tenemos experiencias que contar. Deberíamos crear una asociación de damnificados.

ANTONIO, se ha creado un sistema tan delirante que salir de él es, como dices, casi un milagro.


PROPÍLOGO, gracias por continuar el relato. Así ha quedado perfecto.
¿ Te imaginas que hubiésemos leído un texto así hace sólo diez años? No hubiéramos entendido nada.
¿ Qué más nos tocará vivir?

Araceli Esteves dijo...

No, SR SAVI, encara en queden de capellans...

Hola ROCIO, bienvenida. La "burrocracia" de las compañías telefónicas no tiene parangón.

Gracias, BB, efectivamente la música es la guinda del intragable pastel.

Lola Sanabria dijo...

Batalla perdida, Araceli, les importa un pimiento lo que digas o hagas. En cuanto al micro me ha gustado la salida final del prota.

Besos de finde.

Miguel Baquero dijo...

Un hombre consecuente con sus compromisos. El Señor se lo agradecerá cuando llgue ante Su presencia ;-)

Sobre lo otro: antes todo, mucha calma

NáN dijo...

Perdón por llegar tan tarde a tanta maravilla.

Maite dijo...

Muy bueno el micro, me ha encantado la prosa directa, donde la historia no se pierde en intrincados detalles, ni complicados argumentos, trascurre amable hasta el mismo final, donde se resuelve todo de una manera, yo lo llamaría, sarcasmo inteligente. Un fuerte abrazo.

Araceli Esteves dijo...

LOLA, tienes toda la razón. Sólo nos queda el derecho a la pataleta.

MIGUEL, la calma es difícil de mantener, te lo aseguro.

Muchas gracias, MAITE, y bienvenida.

Manuel dijo...

Manera drástica de no plantar cara a la opresión. La libertad merece alas y no suicidios. Oye Suicidios recuerda a sucio Dios. Curioso. Como ensuciaron algunos las cosas. Si Cristo vuelve será de todo menos cristiano.

Raúl dijo...

Otro relato estupendo, Araceli. Otro más.

Antonio de Castro Cortizas dijo...

(iba a ver si habia algun relato nuevo, y "El pasado que me espera" habia desaparecido de la columna "favoritos": inquietante.)

Araceli Esteves dijo...

¿Me han desaparecido? No me digas eso, ANTONIO.

strongboli dijo...

Eso te pasa por tener teléfono móvil. Con lo barato que son las señales de humo, no sé qué ganas tenemos de complicarnos la vida, oiga...