Las noches empezaron a llenarse de gritos desgarradores y carreras por el pasillo para abrazar a una Martita que, con la cara bañada en sudor y mocos, intentaba huir de sus pesadillas. Mamá, hay una zepiente con dientes debajo de mi cama.
Por mucho que cada tarde yo fingiera haber repasado toda la habitación antes de que ella se acostara, los aullidos de terror llegaban puntuales para escalar la sima del silencio de la noche.
La zepiente, mamá, ha vuelto la zepiente.
Esa vez decidí seguirle la corriente.
Tranquila cariño, yo la sacaré.
Vamos serpiente, sal de la habitación. Deja tranquila a mi hija. Ya está, ya se ha ido.
Después me quedé junto a ella hasta que la respiración acompasada me confirmó que se deslizaba hacia un sueño tranquilo. Antes de volver a la cama entré en el baño.
Acababa de sentarme en la taza del wáter cuando desde abajo me llegó el primer mordisco.
19 comentarios:
Ahuyentar los fantasmas no es tan fácil. Incluso los ajenos.
Miraré antes de sentarme.
Besos
Uy , cómo me suena esto .
Mi hija está ahora que no quiere estar sola nunca , pero no es por serpientes , sino por cosas que se imagina.
O no.
Queda claro con este cuento tuyo magistral que a los niños hay que creerlos siempre.
Un beso.
Casi lo que mas miedo da es que hablas del "primer" mordisco...
Un saludo.
Acabo de leer una de mis mayores obsesiones. En un viaje a otras latitudes me dijeron que cuidado con las serpientes, que a veces se refugiaban en la taza del wáter, y desde entonces no se me quita esta imagen de la cabeza. Tu microrrelato me lo ha recordado de nuevo. Miraré hoy de nuevo por toda la casa, como tu personaje, pero no se me olvidará mirar en la taza. Besos.
Les mares son molt perilloses i las serps ho saben...
Las pesadillas infantiles son más reales de lo que los adultos podremos imaginar jamás. Cuánta razón.
Espero que tu personaje se esté recuperando de la mordedura.
Besos
Cómo se vengó la muy...
He vuelto a la infancia y los terrores noctucnos que ya había olvidado.
Muy bueno.
¡Uf, no sabes cuantas veces en ese sentarse he pensado en cientos de alimañas! Será que soy muy infantil, pero ese agujero tiene kilómetros habitados.
Un saludo. R. C.
Uff, a partir de ahora todos a hacer pis a la calle ;-)
Te ha quedado estupendo.
Besos
Rocío
VIRGI, mirar no te servirá de mucho, saldrá cuando no mires.
Claro que hay que creer a los niños, REYES, nos dan cuarenta vueltas a la hora de ver al otro lado.
ANTONIO DE CASTRO, y ya sabes que no hay dos sin tres...
MANU, a mí me advirtieron una vez, de enormes ratas que vivían en una fosa séptica sobre la que se había montado un rudimentario wáter.
SAVI, de mares n´hi ha de tota mena. Moltes son perilloses, sí...
GEMMA, eso es porque los niños viven en ambos lados, en el que todos vemos y en el otro.
ISABEL, a todos nos han marcado aquellas pesadillas extraordinarias que nos atacaban cuando éramos niños en mitad de la noche.
Yo también lo pienso, R.C. ese agujero a lo desconocido es terrorífico.
Gracias, ROCÍO y bienvenida. En la calle mucho mejor...
Una variante a lo Augusto Monterroso sería : «Y cuando terminó de hacer pis, la zepiente seguía allí».
Tienes razón Ricardo. Ni en sueños pudo imaginar Monterroso que su dinosaurio llegaría tan lejos.
Araceli,hace un rato que no pasaba por aquí, donde siempre me sorprendo, me encanto, y hoy, que va de zepientes, la magia continúa... En mi casita de playa se asomaban borrigueros, a veces...
Y es que hubo más mordiscos?
Me asustas, chiquilla! Tú niña no mentía...
Besos
BB
Tu micro tiene, como debe ser, vida tras el punto final. Cómo afrontar la noche siguiente? ¿Mentirás a tu hija?-- Cariño, duerme, no ocurre nada, no hay nada...Ese es el momento de la verdad. Un saludo
Pues sí, un día lo vi en la tele: un señor encontró en el water una serpiente. Aggg, te levantas por la noche y sin encender la luz plantas el culin allí y, aggggg.
Estoy de acuerdo con lo que dicen arriba: lo inquietante es ese "primer mordisco".
Un abrazo.
BB. Parece que sí, que hubo más. De hecho creo que se la comió enterita y nunca más se supo.
MANUEL, nunca hubo noche siguiente para la madre. Todos pensaron que había huido, la infeliz.
SINUOSA, pues sí, aquí estamos, para inquietar al prójimo si se puede. Un beso
Los mayores nos creemos muy listos y muy valientes. Eso nos pasa por no hacer caso a los niños
Pues sí, MIGUEL, pues sí.
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