sábado, 9 de mayo de 2009

FELIZ PRIMER CUMPLEAÑOS

Sopla con fuerza, pero la llama de la velita de la tarta ni se mueve. Lo hace con el labio inferior hacia afuera y el bufido sale en dirección al techo. Sólo consigue soplarse el flequillo. Vamos David, sopla la velita, dice mamá. Sopla, dice papá. Todos quieren que sople y están muy contentos. Él no, está asustado. Quiere irse o llorar, mejor las dos cosas. Pero sopla y se mueve el flequillo, se despega gracioso de la frente y le queda como una visera. Todos se ríen. Vamos mi amor, si esta mañana lo has hecho muy bien, sopla cariño, sopla. Él mira la velita y vuelve a soplar, pero la vela no se apaga, se mueve muy levemente, empujada por el carraspeo de un papá nervioso. Todos le están mirando, clavan sus ojos en él. Sopla mi amor, sopla. David cierra los ojos, llena de aire sus pequeños pulmones y esta vez sí sopla fuerte, muy fuerte, tanto, que apaga la fiesta

24 comentarios:

Anónimo dijo...

jejejeje sabes lo que pensé??
Que se iba a incendiar el niño con la velita los flequillos, se estaban poniendo tan pesados que....
en fin , muy bueno me ha parecido, un beso.

Miguel Baquero dijo...

Yo he estado en una situación parecida con un niño y siempre ha habido un alma caritativa que ha soplado por detrás, disimuladamente... quizás previendo el desastre que puede suceder a la tercera vez que se le insiste al niño para que sople

Terapia de piso dijo...

Caprichos de los adultos.

Abrazos muchos, Araceli.

José Roberto Coppola

TortugaBoba dijo...

Si es que si el niño no quiere soplar, que no sople, que ya querrá soplar todas las velas del mundo mundial en los años venideros: las de sus cumpleaños y las de los cumpleaños de los demás. Lo mejor es meter el dedo en la tarta y removerlo, y así se acaba antes, algún mayor sopla por el niño para acabar pronto y para que quede tarta :)
Huy, ¡mi gata se está colando en la cocina! Te dejo.
Besoooooo

Josué Ramón Ascencio dijo...

es dificil querer apagar una vela terca, mucho peor a esa edad donde todo es un reto o una aventura, jejeje besos

Manu Espada dijo...

Me imagino que sería una vela de esas de broma que no se apagan nunca y que el niño era Supermán de pequeño y se le fue la mano con el soplido. ;)

NáN dijo...

Me cuesta decirlo, porque siempre he sido partidario de la agrupación de personas racionales y fuertes que cambien las cosas. Pero tal como se está poniendo la situación, necesitamos héroes así.

Un excelente conversión, Araceli.

Carlos Frontera dijo...

¿Ha habido alguna vez alguien más presionado que un niño ante una vela en su fiesta de cumpleaños?

Cuántos no hubieran/hubiérmos querido hacer lo que éste, y apagar de una vez por toda la maldita fiesta.

Sinuosa dijo...

Me ha encantado la imagen del niño, y la fiesta. Parecía que estaba yo en ella.
Pero el final no lo entendí muy bien. No sé por qué apaga la fiesta con el soplido. Posibles interpretaciones que hago:
¿Porque sopló demasiado fuerte y se espachurró el pastel?
¿Porque se olvidó de respirar y se puso morado?
¿Porque era Superman, como dice Manuespada, y dejó a todos napados de merengue?
Te juro que no lo pillé. De todos modos si lo pillaron todos, seguro que el fallo es mío, ejejej. Fijo.
Un besin.

Gemma dijo...

Lo cierto es que ya desde bien críos, cargamos con los deseos de los mayores. Supongo que crecer supone en parte aprender a sobrellevarlos.

Un beso

EL SUEÑO DE GENJI dijo...

Un escalofrío recorre mi espina dorsal..."sopla fuerte, muy fuerte, tanto, que apaga la fiesta"...Te juro que esta frase me sugiere muerte...y me sobrecoge pensar en ello, aunque sea una historia, sólo el hecho de que se cruce en mi este pensamiento, esa imagen de la inocencia hecha un niño pequeño, forzada por complacer y muriendo...Me deja helado.

Lo siento si el final lo he interpretado mal...

Para mi los cumpleaños nunca fueron sufrimiento. Pudiera vencer a los molinos alados transfigurados en velas o no...Sólo tenía en mente los regalos...Ítaca de aquellos años y...¿porqué no? De estos también..

Petons¡¡

BB dijo...

No me ha parecido jocoso ese
esfuerzo de ese niño, soplando
y soplando, hasta morirse y por
ende, apagar la fiesta...
Ojalá me equivoque.
Un beso
BB

Olga Bernad dijo...

Uf, a mí también me ha agobiado, no había pensado en un final tan tan como del de BB (aunque una de las virtudes del texto es que puede ser desde banal hasta dramático) pero sí he pensado en que la vela aún no deseada simbolizaba los deseos de los adultos echados ya sobre la espalda del niño desde su primer año.
Qué ganas de gritarles que le dejen en paz... pero, ¿no lo hacemos todos con nuestros niños?
Ag.

Bárbara dijo...

Yo tampoco acabó de pillarlo del todo. Sé que no siempre es necesario la comprensión total en un cuento pero esta vez el pequeño David de lo fuerte que sopló, apagó también las luces de mi cerebro... El estilo impecable, para variar.
Besitos.

Araceli Esteves dijo...

A TODOS
Veo que algunos os habeis quedado sin entender el cuento, está claro que hay algo del final que no he resuelto bien. Lo que quería representar es esa forma de agobiar a los niños que tenemos los adultos a veces. Lo escribí pensando en mi hijo, que ahora tiene 19 años. De pequeño
le poníamos en situaciones agobiantes por esa tontería de los adultos de querer que el niño se comporte como los padres esperan.
Me acuerdo de una vez que con cinco o seis años empezamos a preguntarle esa chorrada de si tenía novia. Y él, no decía nada. Al insistir, se puso muy serio y nos dijo: a mí no me gusta hablar de estas cosas.
La verdad es que todavía sigue sin gustarle hablar de estas cosas. Es su caracter. Olvidamos que lo tienen, los pobres.
En el cuento, ese soplido que apaga la fiesta es una pequeña inocente venganza del niño. Más que algo muy terrible, yo imaginaba que igual el niño estaba soñando la fiesta y que se cargó el sueño de un soplido. Pero más bien pertenece al mismo género que esa fantasía infantil de taparse la cara y creer que así ya no pueden verte. Bueno, van por ahí las cosas, pero no sé si me he explicado bien. En cualquier caso, gracias a todos por leer y comentar.

Gemma dijo...

No lo vayas a cambiar, ¿eh? A mí me parece muy bien resuelto tal como está.

Por otra parte, que presente cierta ambigüedad cabría interpretarlo más como una virtud que no como un defecto.

"Apaga y vámonos". ;-)
Beso

Araceli Esteves dijo...

Gracias Mega. Tampoco pensaba cambiarlo pero lamento que para algunos esa ambigüedad les haya dejado con el cuerpo de: no entiendo nada.
Un abrazo.

Raúl dijo...

Araceli, no te expliques mujer.
Yo creo que lo has resuelto perfectamente. La sensación pretendida, la has transmitido, incluso sin contar con el final.

BB dijo...

Y, yo estoy contentísima de que
mi macabra interpretación, no
haya sido la correcta.
Tu relato es excelente. Sé que
deberás sentirte como aquel
maestro con alumnos torpes...
Un abrazo fuerte
BB

NáN dijo...

esperamos la foto

Araceli Esteves dijo...

Ja, ja ,ja NáN...la podré, la pondré...

Pedro dijo...

Debo andar falto de imaginación: ni se me murió el niño ni se me transformó en símbolo de una paternidad agobiante. Lo vi, al pobre, agobiadito, venga a soplar mientras todos se concentran en resaltar su incapacidad, en subrayar su fracaso, como aquellas bolas de comida (sobre todo carne, qué horror) que se me hacían de niño en la boca y que la mirada fija de mi padre conseguía que se solidificaran y ya no bajaran nunca jamás de la garganta, hasta que el niño sopla por enésima vez sus pelos, el bolo descansa ahora sobre la mesa y ya no cabe el disimulo, la mirada profundamente triste de los progenitores por fin apaga la fiesta, pone fin a la comida.
Fantástico, tienes el raro don de la imagen certera, la palabra justa. Un placer volver tras un demasiado largo ayuno...

Araceli Esteves dijo...

PEDROOOOO....que diría PE, has vuelto. Se te echaba de menos, hombre.Encantada de poder recibir de nuevo tus visiones de la jugada. Un abrazo.

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

Muy ocurrente. No lo habría adivinado. Me ha gustado mucho.
Tadeo