sábado, 21 de marzo de 2009

El feliz acontecimiento

El cuadro es de Edward Hopper

La enfermera lleva una bandeja plateada con una jeringuilla, un rollo de algodón y dos frascos monodosis. Sonríe. En ausencia de la bata blanca, podría tratarse de una entusiasta librera a punto de colocar unos tomos largamente esperados, en el lugar preciso de su estantería. La comadrona no tardará en llegar -piensa- y quiere tenerlo todo listo. El feliz acontecimiento tendrá lugar en casa y no en el hospital, como es lo habitual, y precisa de especiales cuidados. Suena un preludio de Pachelbel y la luz entra escandalosa por los ventanales. Una cortina se mueve danzarina, empujada por el soplido tibio de una brisa leve, juguetona. En la cama, a Eva le parece que le falta el aire y aspira gemidos cortos que parecen un hipo exagerado. Miguel le da la mano y la besa, constantemente. Le susurra que la quiere y que ya falta poco, que sea valiente sólo un ratito más. Ella le sonríe lo que le permite una nueva oleada de espasmo invasivo, que esta vez la obliga a cerrar los ojos como para apagar el mundo. Al poco llega la comadrona y los familiares se colocan en racimo al pie de la cama. Todos quieren participar del momento, estar ahí, acompañarla con su abrazo invisible. Estamos aquí, dice el silencio. La comadrona hace su trabajo y el rostro de Eva se alisa, pierde toda contracción y una sonrisa estira sus labios malva. La muerte llega dulce y liberadora, se lleva el ahogo en la laguna negra, el laberinto oscuro de la desmemoria y la gruesa capa de impotencia que cubría a Miguel. El sol blanco de diciembre viste a la Eva muerta con la hermosura de los frutos nuevos.
.
Dedicado a mi madre, víctima desde hace años de una enfermedad cruel e interminable. Está escrito con la esperanza de que un día se recupere la cordura y se considere un derecho incuestionable, la compañía, el apoyo y los medios necesarios para el viaje, no sólo en el momento de la llegada a este mundo, sino también en la salida digna de él.

19 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha conmovido demasiado hoy
leerte. Lo hé vivido.
Recibe mi abrazo solidario.
Un beso
BB

Anónimo dijo...

Impactante , conmovedor , pero sabes qué?
Como te conozco...me lo esperaba .
Sabía , no sé por qué , que me ibas a dar la ostia de siempre, aunque es maravilloso dejarse azotar por ti.
Yo también deseo eso mismo .
Un poco de respeto a la persona.
Besitos y todo mi apoyo.

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

Uf, Araceli. Con un nudo en la garganta aún, suscribo tus deseos. Me has recordado el hermoso poema que el portugués José Gomes Ferreira dedicó a la muerte de Manuela Porto, aquel que empieza: "Devia morrer-se de outra maneira..." Hace tiempo hice una entrada sobre él. Te dejo el enlace por si no conoces los versos:

http://antonioserranocueto.blogspot.com/2008/04/morirse-de-otra-manera-o-el-trnsito.html

Besos.

Anónimo dijo...

"...los familiares se colocan en racimo al pie de la cama. Todos quieren participar del momento, estar ahí, acompañarla con su abrazo invisible. Estamos aquí, dice el silencio..."´

Esta frase tan conmovedora, me atrapó y me avisó de algo que no me encajaba. Al leer la dedicatoria final lo entendí todo.

Me has encogido el pecho, mi niña. Lo siento mucho. No sé que más decirte...
Un beso.

Manu Espada dijo...

Sobrecogedor, desde luego, me dejas sin palabras.

Gemma dijo...

Esta unión en un solo microrrelato de nacimiento y muerte resulta, sin lugar a dudas, todo un ejemplo de narración vívida. Estupendo el momento en que los familiares situados en torno a la cama pasan de presenciar un parto, a acompañar a la misma mujer que agoniza tranquila.

Un abrazo fuerte

Anónimo dijo...

¡Qué buena eres!. Escribir sobre algo tan duro y tan cercano sin estridencias, sosegada y bellamente expuesto, creo que es algo muy difícil.
Yo me uno al deseo de que "se recupere la cordura y se considere un derecho incuestionable"...

Seguiré pasando por aquí, sin duda, un abrazo.

Carlos Frontera dijo...

En efecto, como bien dices, sería deseable que esta escena que describes en el cuento fuera real.
Es digno de mención el distanciamiento aparente con el que te enfrentas el relato, a pesar de la implicación tan directa; resulta un texto alegre, todo parece indicar que asistimos a la preparación de un hecho feliz, a los prologémenos de un momento dichoso. De no ser por las explicaciones finales, hubiera escrito este comentario sonriendo, lo confieso.
Un fuerte abrazo.

strongboli dijo...

Esperem que arribi el dia en que aquest tema deixi de ser de totes totes un problema i que, com en tantes coses, tinguem el dret a decidir per nosaltres mateixos, i que no hi hagin tants impediments socials, morals i polítics.
Preciós, Araceli.
Petons.

NáN dijo...

Besos. Y un abrazo tan largo como todos los esfuerzos que han ido costando los derechos de las personas. Uno a uno.

Bárbara dijo...

Muchos ánimos en esa lucha, Araceli, y sigue escribiendo porque aunque son micros tus escritos encierran grandísimas, necesarias y fundamentales ideas.
Besos, guapa.

Araceli Esteves dijo...

RESPUESTA GENERAL
Gracias a todos por vuestras palabras de apoyo, por leerme, por entenderme. Mis viajes a Barcelona a ver a mi madre son cada vez más angustiosos.Nadie merece una muerte tan indigna, un proceso de deterioro tan doloroso, una desconexión de sí misma tan brutal.Mucho menos ella, una persona generosa y sencilla, que nunca hizo daño a nadie.
Mañana volveré a Mallorca, y la distancia cómoda hará que me distancie un poco de su drama. Pero ella seguirá aquí,como un perro atropellado junto a la cuneta, al que se le brindan todos los cuidados que el dinero puede pagar, pero que no la libran de su tortura. Hasta que su corazón cansado, deje por fin de latir.

TortugaBoba dijo...

El relato es bellísimo dentro de su crudeza. Uno de mis abuelos estuvo varios años muriéndose un poco cada día. Fue algo cruel y despiadado. La muerte se supone liberadora en estos trances, pero joder, qué muerte más lenta y más puta. Para el que la sufre, y para los familiares y amigos que acompañan al sufriente.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Ánimo Araceli,

Anhelo el día en el que podamos elegir nuestra salida digna de esto que llaman vida... en la entrada no nos dieron voto. Pensemos en la nuestra cuando suceden estas cosas, es lo único que tenemos seguro. Un abrazo fuerte, lleno de derechos y con sabor a libertad (la de verdad).

Miguel Baquero dijo...

Estoy completamente de acuerdo contigo. La muerte tendría que ser así.

Terapia de piso dijo...

Valiente por contar algo así y de una forma tan hermosa.

Saludos

José Roberto Coppola

qui sap si... dijo...

Com lluernes
que volen
per l’habitació dia i nit,
encenen racons
plens de records
que no sabem trobar,
venen a cada instant
els moments
de tots els passats.
D’aquell ahir
que juga amb nosaltres
fent de la filla,
la mare o la germana estimada
que ja vàrem perdre.
De l’espai presó,
que no sap retenir el perill
de fugir constantment avortat
en el darrer racó
d’un passadís immens.
Com lluernes
que volen
per l’habitació dia i nit,
s’encenen els temors
de qui se’ls estimen
més enllà del dolor de tots,
del malalt que potser no ho sent,
com de qui l’envolta
sense poder plorar-li a la cara
i descansar d’un mal
que ja oblidat,
encara fa més mal.

Raúl dijo...

Y además, el texto está muy bien escrito.
El resto del comentario que se merecería esta entrada, creo que te lo hice llegar vía mail.
Abrazos.

dolores sendero dijo...

Hola aracelis yo se muy bien lo que sientes , como sabes estoy muy cercana a tu dolor y por eso te puedo entender ...un petonet molt fort...dolores sendero..