martes, 10 de enero de 2012

DESCONCERTANTE SIMETRÍA

Acabaron aceptándome como su novia pese a no pertenecer a su banda. Decía que me amaba, y lo hacía con desaforada vehemencia. Conmemoraba en mí los exagerados cuidados que había recibido de su abuela, que intentó suplir el cariño esmirriado de una madre adicta a todo menos al amor filial. Yo correspondía en la medida que era capaz, que era poca, a aquella entrega desmesurada, y recibía extrañada aquel aluvión de halagos con los que acompañaba sus promesas de amor fértil y eterno.
Era tanta la pasión, tan intensa la emoción que le procuraba yo, me confesó una noche tras desnudarme, que sólo se atrevía a compararla con aquello que había sentido tantos años atrás, aquella primera vez, el día que sus dedos de niño apretaron el gatillo de un revolver para disparar a bocajarro a su primera víctima.

21 comentarios:

Maite dijo...

Estupendo reflejo de esa infancia rota y de sus futuras consecuencias. Impactante.

Miguel Baquero dijo...

Tienes unos finales impactantes, magníficos.

Dol dijo...

Está bien pensado, al fin y al cabo se trata de una descarga de adrenalina.
Besos y feliz año.

Nicolás Jarque dijo...

Sin duda es desconcertante este amor hacia las cosas o personas que procesaba. Muy bien definido y extrañado amor.
Un saludo.

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Un micro intenso, Araceli; que provoca una reflexión profunda hacia los desordenes emocionales de alguien que, aún siendo verdugo, no deja de ser víctima.

Como siempre en tus micros, logras una intensidad de efecto destacable.

Mis parabienes.

Un abrazo,

Gemma dijo...

Desde luego, da qué pensar ese desequilibrio (sospechoso ya de por sí) que se establece entre el amor desaforado de personaje (a un tiempo amante, víctima y victimario) y el amor descafeinado y desapegado del narrador protagonista (que no comprende nada, ni siquiera -sospechamos- esta relación insostenible...)

Muy bueno.
Besos, Araceli

Susana Camps dijo...

Impresionante la intensidad con que viven ambos personajes, la intensidad con que tejes el momento.
Abrazos

Anita Dinamita dijo...

Ese desconcierto da mucho miedo, pero es algo bastante más real de lo que pueda parecer. Cada persona entiende el amor según lo ha "mamado" y este pobre no mamó nada bueno.
El final es brutal, pero ya nos trae el relato por buen camino
Un abrazo

manuespada dijo...

El final te ha quedado, literalmente, como un tiro. Pero el desarrollo también está muy bien llevado de cara a esa traca final. Estupendo.

AGUS dijo...

Me encantan estas piezas en las que se vislumbra de principio a fin el pulso firme y rotundo del escritor. Genial.

Abrazos.

Elena Casero dijo...

Bien, no pensaba yo que iba a resultar así, un final de impacto y un relato llevado a la perfección.

Un abrazo

Unknown dijo...

Me ha gustado mucho tu forma de contar a fogonazos entendibles y subentendibles. Cuentas y no cuentas con precisión milimétrica.
Felicidades!

Rosa dijo...

Esto pasa cuando se llega tarde, que está todo dicho. Enhorabuena Araceli. Me ha encantado pese a su dureza.

Besos desde el aire

Alejo Z. dijo...

Pólvora de cañón, que tiempo después convive con disparos de pasión desmesurada, vaya paralelismo.
Un abrazo.

Raúl dijo...

Desconcertante, sí, pero simetría al fin y al cabo.
Buen relato.

NáN dijo...

Jim Thomson contó algo parecido en Killer inside, claro que en una novela más larga.

Eros y Tánatos, ya se sabe, unos niños muy traviesos.

Lola Sanabria dijo...

Los estragos de una infancia sin amor maternal, se pagan poniendo en la balanza, cada cual en su plato, la pasión carnal con la pasión mortal.

Muy bueno.

Par de abrazos.

Juan Yanes dijo...

Tienes la virtud de dejarnos hechos polvo. Enhorabuena.

Rocío Romero dijo...

Uff, Araceli,
Este es uno de esos micros en los que el contraste entre los distintos sentimientos es el que da sentido al micro. Y coincido con Lola en que la ausencia de amor maternal genera personas (y personajes) así.
Me ha chocado el uso de "conmemorar" pero después de un par de lecturas me resulta perfectamente coherente, sólo lo comento porque me ha hecho detenerme.
Enhorabuena otra vez, Araceli, de aquí nunca se sale impasible.
Un abrazo grande

David Cotos dijo...

fuerte.

Pd: Te invito a que visites mi blog de cine, ahí también publico cuentos míos.

Javier Ximens dijo...

No le veo la sustancia. Problema mío, seguro. Entiendo el mensaje y lo que dice, pero el final es ese o cualquier otro.