domingo, 7 de junio de 2009

INDIGENAS EN PIE DE JUSTICIA

En todos los paises en los que tienen lugar protestas indígenas, el patrón es casi idéntico: los gobiernos prometen respetar unos mínimos acuerdos, rascados tras numerosas reuniones y que vienen al ser pura calderilla para los nativos. Esos mismos gobiernos ( instigados naturalmente por las multinacionales que se ven beneficiadas por los expolios) se los saltan a la torera de forma reiterada y flagrante. Cansados de tanta promesa incumplida, los nativos plantan cara y reclaman lo prometido. Empiezan los altercados, que las autoridades presentan como ataques indiscriminados de fanáticos o terrorisas. La versión oficial se distancia de la realidad de forma abrumadora y empieza el baile macabro de cifras de muertos.
Ahora se habla de lo que está ocurriendo en Perú. Es Perú pero también es Colombia, es Panamá, es Ecuador, es Chile, es... Se demoniza a cualquiera que reivindique sus derechos legítimos para etiquetarlo de terrorista. En cualquier decisión territorial ha de primar el respeto por los pueblos originarios, por encima de cualquier otro interés. Todo lo que se aleje de esa idea simple, incuestionable, es un atentado contra los derechos humanos más básicos.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo contigo siempre y cuando sea la mayoria de ese pueblo nativo el que manifieste ese interes.

Dicho asi a mas de uno le vienen a la mente manifestaciones minoritarias de pueblos nativos que quieren imponer por la fuerza sus doctrinas a la mayoria, quiero decir a la mayoria de su mismo y nativo pueblo.

Me gusta tu blog. Un saludo.

NáN dijo...

Por las noticias que tengo, Vicente. Los que se han quedado a vivir en los territorios actúan así como Pueblo: es decir, como mayoría.

Solo quieren sus territorios para dedicarse a lo que se han dedicado siempre. Sin extracciones mineras, carreteras, pozos petrolíferos y muerte para su medio ambiente... y a balazos para ellos con una frecuencia absoluta.

Apoyo incondicional.

Raúl dijo...

En el 92', durante los fastos homenajes por el descubrimiento de América, una mañana al llegar a clase, en la pizarra del aula en la que yo terminaba quinto de Derecho, apareció una pintada que rezaba: "1992, 500 años de invasión occidental"

Anónimo dijo...

Nunca me he sentido más impotente que escuchando a una filósofa catalana de cuyo nombre no me acuerdo, aunque quisiera, en una jornadas sobre mujeres y pobreza en Sevilla, hace tres años.
Hay toda una realidad tremebunda en Latinoamérica , tremenda , trágica, en la que las multinacionales arrasan con todo y manejan a las gentes como objetos sin que a nadie le importe , y me pregunto , hasta cuándo un mundo ciego, sordo y mudo.
Puede parecer un titular con ínfulas , pero es la realidad , en serio no sé cómo se sostiene .
Los derechos humanos , hoy, son el lujo de ciudadanos como nosotros, bien alimentados , que pensamos por nuestra cuenta pero consumimos todo lo que nos llega , con crisis o sin ellas, aunque venga manchado , el oriegen no importa , mejor no hacer preguntas.
Yo, la primera.

Miguel Baquero dijo...

100% de acuerdo contigo... Y lo que más me fastidia es que las multinacionales pretenden trasladar su culpa a todos nosotros, quiero decir: al modo de vivir occidental.Argumentos como que si no fuéramos en coche no tendríamos que usar gasolina y por tanto no habría que excavar pozos y expropiar a los indígenas. Me parece más bien una manera de descargar su culpa en todos que buscar la auténtica raíz del problema.

Manu Espada dijo...

A este paso acabarán haciendo lo que hicieron en EEUU, meterlos en reservas.

Araceli Esteves dijo...

MUCHAS GRACIAS A TODOS POR LAS APORTACIONES.Desde este lado del mundo, seducidos por la vida cómoda,esas luchas no parecen reales, como si tuvieran lugar en en otra galaxia.No está mal recordar de vez en cuando,que compartimos (MUY MAL REPARTIDO)el mismo planeta.
Un abrazo

iliamehoy dijo...

Justo llego de otro mundo, donde el mayor gesto de democracia consiste en permitir la huelga, mientras la subsistencia y la explotación siguen aplastando a los mismos; Los de arriba, los que pisan, seguirán cambiando el gobierno para que nada cambie.
Una sonrisa cabreada

Araceli Esteves dijo...

Tú lo has dicho, iliamehoy, cambiado para que nadie cambie. Bienvenida.

AROAMD dijo...

La lucha indígena: Viven y alguien les trata de explotar, de hacer un intercambio desigual, se niegan, no se rinden y entonces viene la siguiente opción que es ninguna opción. Fuera. La fuerza.

carmen dijo...

La identidad es tan vital como la vida misma. Y hay que defenderla como se defiende la vida.
Ir contra "el sí mismo", es igual o peor que matar físicamente. Las consecuencias son totalmente coherentes con el daño que se les infringe.
Para evitar guerras y masacre
habría que poder defenderse con la misma fuerza que el adversario. Pero a veces la ignorancia es de la que se aprovechan todos.
Un saludo!

TortugaBoba dijo...

La cuestión indígena tendría que ser tratada de manera seria ya de una puñetera vez. Pero a los ricos no les conviene esto. No se puede ir contra natura. No puedo ni imaginar lo que harán aparte de en Sudamérica, en África con las etnias.
Beso.

Araceli Esteves dijo...

AROA, CARMEN, TORTU, lo de los abusos contra los originarios pobladores de las tierras es tan brutal que es imposible quedarse mudo. Siempre la lucha desigual, el poder político auspiciado por los intereses económicos. Es abominable.
Gracias por vuestros comentarios.

EL SUEÑO DE GENJI dijo...

Es fácil pisar a los pobres, martirizarlos y hasta exterminarlos...Además, ¡Molestan tanto!.

Derechos humanos,como las meigas, "haberlos hailos.."

Besos¡¡

Jaht dijo...

Tenemos tanto miedo a la pandemia de la pobreza que matamos a los portadores del virus; incluso si estos portadores están en sus casitas de adobe y madera y se conforman con agua y tortitas.

Pero no hemos de ignorar nuestra aportación a esta causa injusta (la del exterminio).Dando nuestro beneplácito (voto) a políticos parlanchines que no se mojan, y si se mojan es para instalar un MacDonalds o una refinería, a modo de embajadas, en plena Amazonia o en Tierra de Barros.