Llegué agotada tras el viaje y llamé a las puertas de mis amigos. Vete, estás muerta, me dijo Javier. Encontré a Raúl leyendo y ni me miró, pensó que soñaba que leía. A Lidia, mi visita le provocó un sarpullido de recuerdos que fue incapaz de aguantar, se retiró a llorar en la soledad de su cuarto. Cuando visité a mis hermanos, pensaron que venía a cobrarles una deuda, a resolver un problema de herencia y ambos me cerraron la puerta. Mi marido creyó al verme, que la locura se había instalado al fin, liberadora, en el epicentro de su dolor. Nadie quiso recibirme, nadie me dio un abrazo después del largo, del difícil viaje que tuve que hacer desde el más allá, yo que siempre he sido atea.
12 comentarios:
Aquí estoy ,otra vez, me encanta malacostumbrarte ....
pobre muertecita, después de tanto viajar , qué menos que una velita encendida, un argo.
En fin , está claro que los planos no pueden superponerse, es mejor que , de momento, sigamos cada uno en nuestro sitio.
Me encantan las historias de muertos que no son tales, me encantan los fantasmas, creo que nunca lo he comentado,pero este relato tuyo me ha hecho entender que ya iba siendo hora.
Me ha gustado mucho.
Como siempre.
Besos.
Ahí vamos. Aprovecha la racha. Te están saliendo microrrelatos bastante interesantes, a veces geniales, a veces muy buenos, a veces sólo buenos a secas. Pero todos dignos de leer. No sé si lo tenías pensado, pero creo que le estás tomando la medida a los microcuentos.
Y no te extrañe que la gente te lea. Lo mereces.
M'ha fet pensar en la darrera carta del meu blog, la de la Pizarnik. I el final és boníssim. A la meva lletra l'autora troba a faltar el so, però en el teu la vista. Ni tan sols et veuen. Deu ser terrible.
En este no sabía por donde ibas a salir, y eso que ya voy tratando de anticipar la sorpresa para evitar grandes sobresaltos. Pero nunca lo consigo. Por otra parte es verdad que a veces los que más dicen creer son los más incédulos
Verdaderamente no sé qué escribir, porque yo también me considero atea, más bien agnóstica, y me quedo pensando en lo que has escrito. ¿Mira que si hacemos un viaje de ésos y resulta que no nos creen los muy crédulos?
Beso.
Yo, gnóstico empedernido, deseo con todas mis fuerzas que sigas vagando por el mundo terrenal de vez en cuando y nos cuentes qué tal se vive en el más allá...
Un relato genial, de veras
Besos
¿Por qué será que nos resistimos a mantener vivos en nuestro recuerdo a nuestros muertos?
A mí, sin embargo, me visitan en sueños. ;-)
Beso
REYES, en una película cuyo título no recuerdo, alguien decía: Yo tengo un pacto con Dios, él no se mete conmigo y yo no digo que no existe. Me hizo gracia. Gracias por seguir ahí.
MIGUEL, también escribo relatos mediocres, otros que ni fú ni fá y otros directamente malos, pero ya empiezo a reconocerlos y después de intentar soplarles vida interesante de cuanta forma se me ocurre, acaban en la basura.
TXELL no m´imagino res mes horrible que ser invisible per la gent que estimes.Gracies per saber mirar endins.
Sí BARBARA, todo incrédulo encierra a un crédulo, y viceversa.
TORTU, pues para ese viaje no hacen falta alforjas..no?
HOMBRE BLANCO, en el más allá se vive igual que en el más acá pero al revés. Tú por ejemplo, allí te llamas el hombre negro.
MEGA. A mí también me visitan en sueños, constantemente, y también los veo a lo lejos, en caras que yo juraría que son las suyas.
Es lo que tienes las "almas en pena", que adquieren la condición, independientemente de que hicieran votos o no para creyentes.
Pd.- A mí, me gustan la gran mayoría de los que publicas (de los micros, hablo, claro).
Me ha sorprendido la profundidad de tu dolor,de tu desasosiego y en cierta forma me siento responsable,tu viaje,fue realmente un viaje hacia afuera ? que hiciste tú exactamente.Mirabas el paisaje o estabas distraida con tus miedos?
pelotias P Mulligan ,quizá Raul ?
La expresión "almas en pena" es de lo más perturbadora, RAÚL, imagino ejércitos de Sísifos cargando pesadísimos fardos de pecados por toda la eternidad.
PELOTIAS P MULLIGAN, todos los recuerdos, lo que alguna vez nos ha impresionado o asustado, todo lo vivido, está de alguna forma presente en nosotros. Lo está amontonado de forma caótica y a menudo tirando de una pequeña hebra salen cosas que uno ni sabía que estaban. Una vez leí que todo narrador es un saqueador desaprensivo de su biografía, considerando que lo autobiográfico no es solo lo convencionamente vivido, sino también lo imaginado, lo soñado, lo anhelado,lo temido
lo vivido, lo fantaseado, con todo lo que subyace de frustración y desconsuelo en nuestras ensoñaciones. Un abrazo.
Somos transeúntes, sin ningún
destino, siempre asustados,
temerosos y sin apremio por llegar
a encontrarnos con la nada...
Publicar un comentario