Durante el día su presencia era más tolerable. Enredada en las tareas de la casa, conseguía amortiguar aquel dolor ácido que me acompañaba desde que convivía con él, después de tantos años de vida solitaria y fácil. Pero por las noches, no soportaba verme dormir tranquila. De sopetón, arañando la quietud del aire, reclamaba un espacio en mi vagina. Y lo hacía sin preámbulos, con latigazos furiosos que quemaban, que me hacían llorar hacia adentro, con la boca sellada pero llena de un horror efervescente. Así lo viví durante semanas.
El día que me abandonó, llegó el alivio de las cadenas rotas, el aire se volvió ligero, transparente, y la vida dejó de doler.
Ahora que que no está, en la laguna de la tranquilidad en la que vivo, me asalta a veces, inesperado, el pinchazo de una aberrante tristeza. Y siento que sobrevive, verdadera, una gota de nostalgia por aquel herpes genital.
10 comentarios:
No creo que sea nostalgia, es que se está curando y todo lleva su proceso. Sea herpes genital, y hombre posesivo.
Un beso.
He de confesar que hoy me has noqueado, Araceli. No pude prever el final en ningún caso y me dejé embaucar y llevar por el camino obvio.
Me alegra mucho volver a leerte. Te prodigas aún menos que yo.
Un abrazo,
Cuando pica es que cura...
Me encanta leerte.
Besos desde el aire
Has tocado la realidad con la punta del cuchillo y así me dejas: admirada.
Abrazos.
Inquieta la actitud ambivalente, el claroscuro, y esa pasividad terrorífica, rotunda.
Abrazos.
Tan acostumbrada a eso y tan constante durante día y noche que es normal esa gota de nostalgia.
¡Sorprendente final!
Besitos
¡Buenísimo e inesperado giro final!
Abrazos triples.
Inesperado final, sí; pero al fin y al cabo: un agente externo provocador de dolor. Me gusta mucho más la sencillez con la que relatas cómo se instala un dolor, cómo se sobrelleva durante el día, pero se apropia de nosotros en la noche. En eso me ha parecido una escritura primorosa.
Guala. Se resolvió mágicamente, como dictan los cánones. Yo que creía terminaría absorbida por el miedo o la dependencia más irracional.
Felicidades.
Una perta.
Araceli, soy Paz , otra piraña, si el jueves 27 nos da el tiempo y las emociones te tengo que explicar algo muy curioso relativo a este cuento y a las convergencias creativas.
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