EL CUADRO ES DE ROBERTO LOPEZ
Mamá entra en mi habitación y me ve sentado en la sillita de mimbre.Todos los juguetes están ordenados en las estanterías. Me abraza en silencio y pone su cara más triste. Antes de que empiece a llorar, cojo el cochecito negro y me siento en el suelo para hacerlo rodar sobre la alfombra. No me atrevo a decirle que mí lo que más me gusta es aburrirme.
22 comentarios:
La contemplación y el gusto por el silencio usualmente es mirado con extrañeza.
Un abrazo.
Actividad, mucha actividad. La pedagogía ultramoderna, los papás, todos empeñados a que el niño no este mirando. Claro, ante sus ojos las pantallas (videojuegos, tv). El aburrimiento en la infancia nos hacía los días largísimos, sobre todo en verano. Un saludo
Microrrelato de terror psicológico en toda su extensión. Cada frase es un golpe que ahonda en un ambiente hasta llegar al núcleo atroz de un niño feliz con el aburrimiento. Me encantó.
Un admirado abrazo,
PABLO GONZ
Me ha gustado a mí este niño, espero le eche valor la próxima vez y se lo diga.
Y mucho más en un niño, LUIS.
Divertirse está muy sobrevalorado, MANUEL. Aburrirse tampoco está mal.
Gracias, PABLO, el aburrimiento es un terreno mucho más fértil de lo que parece.
ISABEL, el problema es que la madre no lo entendería, y él lo sabe.
Pues a mí mi madre me decía, cuando me condenaba a las largas siestas de verano: "El aburrimiento es salud".
Me ha encantado, Araceli. Es un buen golpe en la mandíbula.
Di que sí, que muchas veces presionamos a los niños: "anda, ve a jugar", "tú lo que tenías que hacer es estar jugando y no ahí sentado como un pasmarote", y les hemos creado como el oficio de ser niños
Aburrirse de vez en cuando es un gustazo, si... El niño este es muy sabio. Una pregunta, ARA: porqué NEGRO, el coche? Da la impresión que juegue con un cochecito fúnebre...
No sé si en fan, per cert.
Petons & felicitats, m'ha agradat molt.
NáN, las siestas de verano obligadas eran un suplicio, pero esa obligación de divertirse que genera nuestra sociedad es perversa.
Y así están de aborregados los pobres, MIGUEL, con tanta maquinita mataneuronas.
Te fijas en todo LLO, igual me salió el coche negro porque también acaba resultando algo forzado relacionar a los niños con tanto colorinche.
La falta de comunicacion y la incomprension de los padres, que en este caso deriva hacia un egoismo inconsciente (o no tanto).
Recuerdo una vez, de pequeno, en que me sente a leer en un banco del jardin de mi pueblo, y pasa un senor con cara de amargado y me dice: "aqui no se viene a leer, aqui se viene a jugar". En fin...
Cuando eres pequeño a veces te aburre jugar, y lo que te divierte es precisamente no hacer nada. El color del coche es muy inquietante, una pincelada de terror psicológico en esa habitación.
Qué niño más infeliz, pobrecín. Es la viva imagen del desamparo...
Un abrazo
Sí, ANTONIO, parece que un niño solo pueda divertirse jugando.
Por eso cuando no saben qué hacer vienen corriendo a decirte que se aburren, para que encuentres remedio.
MANU, no me pude imaginar al niño con un coche de otro color.
GEMMA, claro, es infeliz porque quiere complacer a su madre y para ello tiene que fingir.
Sobre todo lo que me ha gustado es que en tu micro se cumple la premisa (real sin duda) de que haya niños más maduros que sus padres; menos egoístas. Por eso desazona la pieza.
Un beso
Entiendo perfectamente al niño que se divierte aburriéndose.
Hay distancias entre los niños y sus madres, difíciles de acercar.
El cochecito fúnebre, casi me despista...
Siempre genial, Araceli.
Un beso
BB
GEMMA y BB,
los personajes a veces toman las riendas de la historia. Yo no pensé en que el niño se decidiera por el coche negro, fue algo que hizo él por su cuenta y que descubrí al leer vuestros comentarios.
Pues sí.
El micro no es de terror propiamente pero el jodío niño parece inquietante.
Eres una maestra, hija.
Besos
(soy Reyes enganchada a una red que no es mía ,para variar ...qué será lo siguiente ...vender tabaco en el semáforo o hacer trueque con los jubilados en la puerta del super??)
En fin , si mañana sigue funcionando, te escribiré.
Vaya, REYES, yo que me había hecho la ilusión de que eras un anónimo de esos que admiran en secreto, un filántropo de las artes, heredero de una gran fortuna y dispuesto a gastárse conmigo en una vuelta a mundo...
Bienvenida. Espero tu carta.
Un abrazo
A mí, me ha gustado bastante y sí, es inquietante ese disimulo frente a la mamá con el cochecito negro. Lo siento pero no soy heredera de una gran fortuna...
Un saludo. R.C.
Terrorífico, Araceli. Mi admiración.
Me cae bien este niño porque debe tener mucha vida interior y mucha empatía hacia su madre. Bonito microrelato
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