No es una cuestión moral la que me incapacita para la mentira, mentir me revuelve el estómago y me provoca náuseas. La simple idea de hacerlo, enciende mi cara como una antorcha y la barniza con cristales de sudor. Me sucede desde niño. Cuando aparecía algún animal muerto en mi armario, nunca dudaba a la hora de confesarme culpable, y el día que empujé a la abuela por las escaleras, corrí a contárselo a mamá. Lo hice sabiendo que el castigo llegaría en forma de noches de encierro en el gallinero y de ayuno obligado: sólo agua y pan mojado. Por eso insisto en que mi propósito es firme y mi intención decidida: mañana dejaré de matar. Lo repito cada noche como un salmo: mañana dejaré de matar. Pero una y otra vez, despierto a lomos de un destino implacable. Nunca es mañana, siempre sigue siendo hoy.
20 comentarios:
Se empieza con un animalillo y se acaba con la abuela y otros especímenes semejantes. Imagino que así debe de ser el tiempo de un asesino compulsivo: un presente continuo. Un beso.
Qué forma alucinante de narrar
la crónica de un asesinato
anunciado.
Estupendo, Araceli
BB
"Nunca es mañana, siempre sigue siendo hoy"
Esta frase se dice para tantas cosas...:
Mañana madrugaré
Mañana dejaré el chocolate
Mañana ordenaré la despensa...
Mañana escribiré otro buen relato. Y en tu caso nunca es mentira.
Mañana me comeré la lechuga .
Mañana .
Hoy es mañana .
La lechuga se ha puesto negra .
Y para comer algo negro, prefiero el chocolate.
Y compraré una lechuga nueva , para pasado mañana .
Y así...
....
No frivolizo, tu cuento es buenísimo, como siempre.
Pero me ha recordado a mí , a mi lento reyicidio imparable.
Mil besos.
El mañana jamás se puede vivir. No se puede pisar. Es un futuro empedernido.
Saludos, Araceli.
José Roberto Coppola
Hombre, el prota será un asesino, pero hay que valorarle la sinceridad, al menos no es un criminal mentiroso, lo cuál es de valorar.
Sinceramente, siempre hay algún momento de tu vida en que tienes ganas de matar a alguien. Menos mal que la mayoría nos lo pensamos dos veces. Molt bò, Ara, aconseguiràs que algun dia no sàpiga què dir, del bocabadament.
Por un lado, qué difícil es anticiparse a tus propios comportamientos. Y por otro, aunque breve, me gusta la incursión en cuanto a la relación verdad-asesinato.
Saludos.
Tanto decir mañana y nunca mañanamos, que diría Lope. Estupendo relato.
Impresionante como analizas la distorsión de una mente enferma que se "autoenjuicia" antes por mentir que por asesinar..
Sencillamente genial.
Enhorabuena!!
"Nunca es mañana, siempre sigue siendo hoy", y hasta ayer.
O al menos eso parece que le ocurre a tu personaje: a veces resulta dificilísimo tender un puente entre el pasado remoto y el futuro desconocido.
Un fuerte abrazo, Araceli
A mí me pasa algo parecido, pero no con la muerte, sino con el amor. Enhorabuena por la entrada; llego desde el blog de mi amigo Juan Antonio Glez. Romano. Un beso.
Un personaje curioso, el protagonista del micro, más preocupado por los remordimientos que le causa la mentira que por el mal que es capaz de infligir. Me ha enganchado su extraña percepción de la moralidad, además de la manera en que está narrado (nada que no sepa ya de tu calidad a estas alturas, prima), pero hay algo que no acaba de encajarme del todo, y creo que es el final: esa idea de que mañana es el día elegido para cumplir su propósito, pero mañana nunca llega porque mañana será de nuevo hoy, me resulta demasiado manida. Igual quedaría mejor que esta idea no se mostrara tan explícitamente. Se me ocurre que el cuento podría acabar cuando dice: “Lo repito cada noche como un salmo: mañana dejaré de matar”; o, todo lo más, añadir algo como: “Lo prometo: mañana mismo” (se me ocurre ahora sobre la marcha, así que seguro que no estará bien), y que el lector sea quien se percate de que mañana será de nuevo hoy (algo que va implícito, en mi opinión, en la frase: “Lo repito cada noche...”).
Disculpa que me extienda, pero siempre tengo la impresión de estar explicándome mal y me enrollo. Te pido disculpas también por destrozar tu micro, espero que no me lo tomes en cuenta :)
Un abrazo.
Pd.- Pienso ahora: en el fondo, no somos tan distintos a este asesino (al menos, yo no): con frecuencia nos causa más temor que descubran lo que hemos hecho que la verdadera naturaleza de nuestros actos; pareciera que, de no pillarnos, es como si no hubiéramos cometido ninguna tropelía.
PD2.- ENHORABUENA por la publicación en Narrativas, nº 13. Me he encontrado con tu nombre hace unos momentos y aquí ando descargándola, dispuesto a deleitarme con nuevas composiciones tuyas.
ANTONIO SERRANO, ese presente continuo no es sólo cosa de asesinos, diría yo.Cuántas cosas no dejaremos para mañana...
BB, eres un sol, no me fallas nun ca.
Gracias SINUOSA, todos colocamos en ese espacio de tiempo que es mañana, todo aquello que en realidad no estamos dsipuestos a hacer.
Lo mismo digo, REYES, todos caemos en esa trampa de postergar lo que sabemos que nunca haremos, pero esw que NUNCA suena tan mal, tan definitivo...
TERAPIA, supongo que es imposible vivir sin pensar en ese mañana...
MANUESPADA, la incapacidad para la mentira no nos hace mejores personas.
STRONG, pues sí...ganas de matar no sé, pero de que alguien desaparezca de la faz de la tierra, seguro que sí.
CA, la defensa in extremis de la verdad puede encerrar un comportamiento absolutamente patológico.
Qué bueno eso de que nunca mañanamos, JUAN ANTONIO, y rigurosamente cierto.
ESENCIA DE NEBULOSA, bienvenida. Sí, a veces la verdad no nos hace más libres.
Es cierto, MEGA, cómo nos cuesta cruzar ese puente sin caernos...
Bienvenido OCTAVIO, sí con el amor también pasa. Mucho más.
Querido primo VIAJERO,`puede que tengas razón, seguramente es más resultón el cuento tal como dices,sin remachar. Pero esta vez ( aun agradeciendo la propuesta, no dejes de hacerlas nunca) no te haré caso. Me gusta mucho la frase siempre sigue siendo hoy.Por manida que sea. Un abrazo
Por cierto, VIAJERO, como en NARRATIVAS no me han pedido relatos inéditos, he mandado los que ya habrás leído en mi blog. Me guardo los inéditos para otra ocasión. Un abrazo
Decía Tomás de Quincey (uy qué pedantón me he puesto) que uno empieza con el asesinato y acaba por no saludar a los vecinos en la escalera. O algo así. Entre el crimen y la mentira, tu personaje sufre remordimientos por mentir. Muy bueno
Ese "mañana", en realidad es un "ya veré cuando", y lo que hacemos es absolvernos una y otra vez de nuestras malas costumbres, que pueden llegar a ser incluso delictivas como en tu relato.
No existe propósito de enmienda.
Muy bueno tu relato.Un saludo.
Te leo, leo después el comentario que te ha dejado el Viajero, y luego te vuelvo a leer. Tras la primera lectura, a mí también me sobraba algo del final, adquiriendo la idea de que era reiterativo, ese aplazamiento imposible de cambiar. Pero el caso es que al volverlo a leer, ya con la idea de la crítica en la cabeza, el que ha cambiado de idea he sido yo, y no tu protagonista; y ahora considero que esa frase final es tan potente, que ha de estar incluída a modo de cierre.
Un buen relato, Araceli.
Pd.- Yo también celebro que ahora aparezca en tus comentarios tu nombre.
Postergar los deseos de cambio. Decisiones firmes e intenciones decididas...¡A qué nos suena todo ello¡...Díselo a mi carnet del gimnasio impoluto, inmaculado, de fino plastico nacarado aun completamente abrillantado... Ni un día usado..
Sobre lo de no mentir...Pobre hombre, debe ser tan insano...
Petons¡¡
Muy bueno el relato Araceli. Yo creo que muchos asesino deben de tener ese reconcome de decir algo así como "el lunes lo voy dejando", pero cuando uno tiene ese instinto tan animal, tan primario, tan bestia, no lo puede evitar, por muy sincero que sea.
Besito.
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