martes, 18 de noviembre de 2008

PEQUEÑAS MISERIAS



Vivo en el extrarradio de una gran ciudad, en un piso que acabaremos de pagar dentro de nueve años. Tengo un trabajo fijo que me deja las tardes libres para dedicarlas a mis maquetas. Como miembro activo de la asociación de vecinos, puedo afirmar, aun a riesgo de pecar de inmodestia, que buena parte de las iniciativas tomadas para la mejora del barrio han sido propuestas mías, secundadas por una amplia mayoría. Conchita me quiere, yo la quiero y el sexo después de dieciseis años sigue siendo pasable. Soy el rey de las ensaladas, pelo las zanahorias a velocidad de vértigo y mezclo los ingredientes siempre distintos para no adormecer los paladares. Los niños crecen bien, haciéndose a sí mismos las preguntas habituales. Los fines de semana salimos al campo, y si hay suerte y el domingo no pillamos atasco, me da tiempo de tomar unas cervecitas con los colegas en el bar.

Lo sé, como borrador de una vida no está tan mal, pero algo me impide pasarla a limpio.

23 comentarios:

Anónimo dijo...

Jo, qué fuerte.
Espera que me saco el clavo del pecho.
Enhorabuena.
Y besos.

Miguel Baquero dijo...

Genial, de verdad te digo. Magistral. Voy leyendo esperando esa última frase y hasta ahora, de verdad te lo digo, no me has fallado. Ésta es de las mejores. Enhorabuena

Marta Sanuy dijo...

¡que bueno!
¡radiante ese final!

Bárbara dijo...

Que tire el primer bloc de notas quien esté libre de pecado. Como siempre, esos finales...

Raúl dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Raúl dijo...

Ni un pero se le puede poner al texto. Ni un solo pero; y eso que por pura envidia, te juro que lo he inttentado. Me ha encatado.

TortugaBoba dijo...

Me ha encantado. No sé qué más decir la verdad...
Beso.

Carlos Frontera dijo...

Tmabién yo diría, y de hecho digo, que es uno de los mejores micros que te he leído. Demoledor. Mis felicitaciones.

Por cierto, ¿a qué se debe el cambio del tamaño de letras? ¿Acaso olvidaste ponerte las gafas al escribir este relato?

Miguel Baquero dijo...

He vuelto a leerlo y me sigue flipando ese final sencillo y demoledor. Sin adornos. Directo. De verdad que te has salido

strongboli dijo...

Me suena a insatisfacción permanente. Porqué será, que me resulta muy familiar?
La vida no se puede pasar a limpio...

Araceli Esteves dijo...

Ostras REYES, espero que lo del clavo en el pecho sea algo muy muy metafórico. Me ha dado un pasmo al leerlo. Gracias MIGUEL, la verdad es que es un misterio esto de los micros. A veces parece que se resuelvan solos y otras pasas horas dándole vueltas a una idea que parece buena y acaba en fiasco. Gracias MARTA, me alegro de que disfrutaras leyéndolo. Eso digo yo, BARBARA, si no fuera por las libretitas de notas...Gracias de nuevo a RAÚL, eres muy amable pero seguro que el texto tiene muchos PEROS, otra cosa es que no se los queramos ver.TORTU, me alegro en serio de que te haya gustado... VIAJERO, es que no se te escapa ninguna...pues sí...he aumentado el tamaño de la letra porque mi vista ya no es lo que era. La edad no perdona.También te agradezco los halagos al texto. MIGUEL, ostras...gracias de nuevo, si me salgo, a ver si luego me entro.STRONGBOLI, yo a veces creo que todo esto de vivir va un poco de broma, que la vida es como un ensayo (no de la "otra vida" que vaticinan algunas religiones) que tiene algo de borrador, llena de tachones y escrita con mala letra.Que la versión en serio ya la haremos otro día.
Y A TODOS, os agradezco mucho que me leais y me comenteis. Y si encima consigo tocaros la fibra,ya es que me da un subidón...

Pedro dijo...

Para ser sincero, mi primera reacción fue calcada a la absoluta unanimidad de los comentarios que me preceden: Buff, no hay palabras, ¡chapeau! Dejé pasar la ocasión de postear mi admiración, y ahora ya es tarde, sonaría repetitivo. Así que me he vuelto a mirar el texto con lupa por aquello de pergueñar una crítica constructiva. Hela: el texto está construido sobre una progresión de tema constante -que diría un gramático del texto- siendo el tema (de lo que se habla, que no el sujeto gramatical de las oraciones) ese "yo" que nos cuenta su vida. Tan solo una frase chirría en esta progresión: la dedicada a los niños. Es cierto que un elemental criterio de coherencia nos hacer reconocer a "los niños" como "sus niños", pero nuestro gramático habría preferido una formulación más en consonancia con el resto del texto, algo así como "mis niños no me causan especial problema, y crecen...", de forma que el tema seguiría siendo el autor y no los niños. Y el final, que este mismo gramático designaría como de "rema convergente", ese final, hostia, qué pedazo de final, sin palabras, ¡chapeau!

Araceli Esteves dijo...

Tomo nota de tu corrección PEDRO, creo que tienes razón.La verdad es que es la frase que me dio más problemas. La puse, la quité, la cambié...no quería que los niños tomaran un papel preponderante en el relato pero me pareció importante que el personaje reflejara que sus hijos crecían bien, sin problemas. Como bien dices, eso es lo que debería haber puesto, sin más. Gracias.

Gemma dijo...

Estupendo micro, Araceli. A mí me parece muy bien tal como está. El narrador habla de sí mismo, pero también de Conchita y de los niños, que ya se entiende que son suyos. El drama que lo recorre: teniendo una vida en apariencia satisfactoria, no puede evitar padecerla como falsa. ¡Terrible!

Un abrazo de vuelta

Pedro dijo...

Una preguntita, para seguir con mi deformación profesional: ¿te importaría si uso este texto para mi clase de análisis textual? Porque a decir verdad, claridad expositiva y calidad literaria pocas veces van de la mano, y este texto es una joya. Y en caso de respuesta positiva (hay que ponerse siempre en lo mejor), ¿cómo te gustaría que te citara?

Araceli Esteves dijo...

Ostras Pedro... ¿claridad expositiva y calidad literaria? Lo que daría para que leyera tu comentario la profe de lingüística que tenía en la facu a los 20 años, esa que me dijo un día que las respuestas de mi examen eran esquizofrénicas.Claro que la puedes usar. Puedes decir simplemente que es de Araceli Esteves, una amiga. Disculpa que te deje ahora, pero es que mi ego se ha colgado de la lámpara de lagrimones del comedor y dice que no, que no baja.

Pedro dijo...

:D
Más que un ego disociado, como veía tu profe, lo tuyo parece ser un ego iluminado...
Muchas gracias por tu permiso, sobre todo en nombre de mis sufridos alumnos, que por primera vez en meses van a poder disfrutar haciendo los deberes.
Debo decir, sin embargo, que lo que más me ha gustado es poder citarte así: Araceli Esteves, una amiga.
Prometo, por mi parte, mantenerte informada de las reacciones de los susodichos.

Anónimo dijo...

Pues yo disiento de la rectificación gramatical.
"Los niños crecen bien..." expresa mejor ese cierto desapego masculino, que le permite irse a tomar unas cervecitas mientras Conchita plancha la ropa de sus hijos.
Lolita Lepika

Txell Sales dijo...

A tothom li ha agradat molt i a mi també. Se'l veu aparentment tan implicat en el seu entorn i al final, el final. Molt real, hiperreal, surrealista en el sentit de més real que la realitat

Miguel Baquero dijo...

Me quedo con "los niños", no con "mis niños". Como señala anónimo, al decir "los niños" el protagonista se despega de ellos, hay una desafección, su vida es algo así como un objeto de consumo o una colección de cromos. Son opiniones, en todo caso, porque me quedo con tu comentario del principio: hay veces que las cosas fluyen, todo cuadra y sin saber por qué el el relato queda redondo, mintras que otras ideas mucho mejores de pronto se quedan atascadas.

Anónimo dijo...

Muy bueno,

Y fíjate que en dicho caso le veo más dificultad al hecho de convertir el mini en cuento que a pasarlo a limpio.

Desde mi suciedad... saludos

Pedro Chincoa dijo...

Normal, demasiado normal. La vida pasa de momnento, normal. Desayúnate la vida que se marcha, normal.

saludos.

Anónimo dijo...

¡Caray!, que bueno. Ese final es tremendo.
Felicidades.